jueves, 1 de diciembre de 2011

Deixis en los cuervos

Si crees que solo los humanos y los grandes simios son capaces de señalar objetos para atraer la atención de otros individuos sobre ellos, te equivocas. Científicos del Instituto Max Planck de Ornitología (Alemania) y de la Universidad de Viena (Austria) han descubierto que los cuervos comunes (Corvus corax) también tienen la costumbre de señalar, aunque en su caso no lo hacen con el dedo sino con el pico.

Desde que cumplen nueve meses, y antes de aprender a hablar, los bebés humanos hacen gestos para llamar la atención sobre objetos, ya sea señalándolos con las manos (“mira allí”) o sosteniéndolos (“toma esto”). Estos recursos prelingüísticos se denominan gestos deícticos. Y, sorprendentemente, aunque son relativamente raros en el resto de los grandes simios, hay otros animales que sí los utilizan: los cuervos. Tal y como han podido comprobar Simone Pika y sus colegas estuiando una comunidad de cuervos en Grünau (Austria), estas aves usan sus picos como si fueran manos para enseñar y mostrar objetos como musgo, piedras y pequeñas ramas. Estos gestos suelen estar dirigidos a compañeros del sexo opuesto y, como respuesta, el destinatario normalmente se aproxima al objeto, lo que confirma que se ha producido una comunicación. Además, tras los gestos, los cuervos interactúan entre sí y con el objeto, según explican los autores en la revista Nature Communications.

“El misterio de los orígenes del lenguaje humano solo se puede resolver si miramos todo el conjunto y, además de estudiar a los grandes simios, tenemos en cuenta los complejos sistemas de comunicación de otros grupos animales”, sotiene Pika.

Hallan la ecuación del comportamiento colectivo

"¿Dónde va Vicente? Donde va la gente". Con esta frase el refranero recoge uno de los principios básicos del comportamiento colectivo, ya que los animales sociales se fijan en el modo de comportarse de los otros para tomar ciertas decisiones. Científicos del Instituto Cajal (CSIC) han deducido por primera vez una ecuación matemática que recoge las reglas por las que se rige el comportamiento colectivo. El trabajo ha sido publicado en el último número de la revista PLoS Computational Biology.

Los animales sociales no toman decisiones de forma aislada, sino que lo hacen dentro de un contexto que depende del comportamiento de los otros. Así es como un grupo actúa de forma coordinada, dando lugar al comportamiento colectivo.

Tras obtener las nuevas reglas, los investigadores del CSIC Alfonso Pérez Escudero y Gonzalo García de Polavieja las pusieron a prueba con datos experimentales ya existentes sobre el pez espinoso (Gasterosteus aculeatus). Y confirmaron que sus reglas predecían los resultados de todos los experimentos. "Los peces, como animales sociales que son, emplean el comportamiento de los demás para mejorar sus propias decisiones. Su supervivencia depende en buena parte de las estimaciones. Por ejemplo, estiman probabilísticamente si hay comida en un lugar por lo que ven de ese lugar y por cuántos animales se dirigen ya hacia allí y hacia otros lugares", aclaran los investigadores del CSIC.

El modo de comportarse de los otros aporta, por tanto, una corriente continua de información indirecta sobre el medio. La ambigüedad de los datos sensoriales y la capacidad limitada de procesar toda esa información hacen que exista cierta incertidumbre a la hora de tomar decisiones.

Según ha difundido el CSIC, el trabajo servirá de base para futuras investigaciones sobre la importancia de las estimaciones en la búsqueda de pareja o comida y en el funcionamiento del cerebro. "Nuestro análisis permite seguir estudiando si el comportamiento social colectivo surge de un cúmulo de factores, incluidos la memoria, el aprendizaje y la forma de percibir", aseguran García de Polavieja y Pérez Escudero. "Ahora podemos hacer experimentos de manipulación del cerebro para ver cómo se entremezclan todos estos elementos", añaden.

Ciclo hormonal en el hombre

¿Estás decaído y apático? ¿Duermes mal y te enfadas por cualquier cosa? ¿Tu apetito sexual ha disminuido? Aunque pudiera parecerlo, no estoy describiendo el síndrome premenstrual, sino algunos síntomas del denominado síndrome de déficit de la testosterona, que los expertos aseguran sufre el diez por ciento de la población masculina mundial.
“El hombre tiene un ritmo hormonal que varía a lo largo de su vida y que no tiene que ver con la reproducción, como sucede en la mujer”, asegura Ana Puigvert, presidenta de la Asociación Española de Andrología.
Y cuando hay menos de 8 nanogramos por mililitro de esta hormona pululando por su organismo, sufre estos síntomas, que a menudo se confunden con otras enfermedades, como ansiedad y depresión. “Algo que se soluciona con una simple sustitución de la testosterona perdida con un tratamiento hormonal”, asevera Puigvert.
De hecho, hace poco, el cantante Robbie Williams aseguró haber padecido este síndrome. Según sus declaraciones a la revista británica Esquire, su médico le aseguró que tenía la testosterona de un hombre de 100 años, y que desde que se ha puesto en tratamiento le ha cambiado la vida. “Sobre todo, sexualmente”, apuntó.
Además, según el andrólogo Ignacio Moncada: “Hay prácticas relacionadas con el ambiente que permiten ascensos y descensos de esta hormona. Practicar más sexo, hacer deporte y una buena alimentación pueden ayudarnos a mantener los niveles de testosterona en su estado óptimo”.
Incluso hay estudios que aseguran que dormir entre 6 y 8 horas, y controlar el estrés también benefician la segregación de testosterona. Vamos, una receta mágica para casi todo. Pero ¿por qué es tan importante esta hormona en la vida del hombre?
Esencia masculina
Ya en el vientre de la madre, hasta que a las cuatro semanas de gestación comienza la producción de testosterona, cualquier embrión humano es en esencia una mujer. Y es solo gracias a esta hormona que el proceso vira hacia la formación de un varón. Se produce así la primera aparición estelar de la testosterona en tu vida. Tal es la influencia de esta hormona en esta etapa que, según los científicos, es la culpable de que los niños jueguen a la guerra y las niñas a las casitas. Una investigación realizada en la Universidad de Texas A&M mostró a 21 niños y 20 niñas entre 3 y 4 años a imágenes de balones y muñecas, y determinó que aquellos que habían sido expuestos a mayor cantidad de testosterona en el útero tenían una clara preferencia por los juguetes típicamente masculinos. Pero esto no es todo.
Pubertad infantil
Durante el primer año de vida, el bebé varón pasa por lo que se denomina “pubertad infantil”. ¿En qué consiste? Pues según Louanne Brizendine en su libro  El cerebro masculino: “En que su cerebro contiene tanta testosterona como la que tendrá de adulto. Gracias a ella desarrollará los circuitos neuronales que definen la conducta exploratoria típica de los bebés y los movimientos musculares bruscos”.
Entonces, el bebé entra en una especie de letargo hormonal, la infancia, hasta que a los nueve años comienza otro repunte en la producción de testosterona, que entonces llega a multiplicarse por veinte. Es el inicio de la adolescencia, en el que la hormona masculina colabora en la formación de las características físicas que darán paso al hombre sexualmente activo y a los circuitos nerviosos que definirán sus funciones biológicas. ¿Cuáles? La detección rápida de las hembras, el deseo sexual y la defensa del territorio
Más tarde, al llegar a la madurez, los niveles de testosterona se mantendrán más o menos estables para alcanzar los objetivos prioritarios en esta etapa: alcanzar el éxito social y encontrar una pareja estable.
Una vez conseguidas ambas metas, se produce otro descenso en la producción de esta hormona, que marca sus niveles más bajos cuando llega la paternidad.
Hombres duros
Y es que la naturaleza es sabia, y cuando un hombre tiene un hijo empieza a segregar otras hormonas (la prolactina y la oxitocina) que le ayudarán a criar y proteger a su vástago. Así que parece que, al final, la ciencia ha demostrado que los hombres tienen comportamientos regidos por estas moléculas que recorren su torrente sanguíneo. Estudios de endocrinología del comportamiento sugieren que niveles altos de testosterona están asociados con menor receptividad a las señales afectivas, que facilitan comportamientos empáticos. Así, según un estudio de la Universidad de Colombia publicado en Journal of Experimental Social Psychology, los altos niveles de testosterona conducen a tomar decisiones de una manera menos afectiva, más práctica. Quizá ahí resida la fama de los hombres de ser más prácticos que las mujeres.

De hecho, cuando el hombre va cumpliendo años y se reducen sus niveles de testosterona emprende proyectos más utópicos, relacionados con los afectos. Y es que a esas edades la testosterona deja paso a otras hormonas, como la oxitocina y los estrógenos, habitualmente relacionadas con la mujer.
La tercera fase
En la práctica, estos cambios bioquímicos se traducen en actitudes más femeninas. Por eso es habitual ver cómo en la vejez hombres rudos en su juventud se “ablandan” mucho y comienzan a tener muestras de cariño antes impensables.
Hay estudios que incluso corroboran que los hombres maduros mejoran su capacidad para leer las expresiones faciales de los otros; es decir, tienen más empatía. En realidad, en cuestiones de testosterona es como una vuelta a la infancia. Hormonalmente hablando, claro.
Por eso, el debate entre los expertos está actualmente en si esta reducción de testosterona que se produce con la edad no debería ser considerada como una enfermedad que tratar, sino como un signo del envejecimiento más, al que hay que dejar seguir su curso.
Según el andrólogo Ignacio Moncada: “A partir de los 48 o 50 años la mayoría de los hombres empieza a reducir su producción de testosterona a razón de un 1% anual. Esto se traduce en cambios físicos, como crecimiento del abdomen, cansancio, falta de apetito sexual, pérdida de memoria y de sueño; así como otros psíquicos, como depresión e irritabilidad”. Así, la doctora Puigvert apunta: “Creo que, a partir de los 48 años, al igual que se pide un análisis de medidores tumorales para detectar el cáncer de próstata, debería pedirse uno de testosterona biodisponible. Algo que es posible con solo pedírselo a nuestro médico de cabecera o dirigirse a un especialista, un andrólogo o endocrino”.
 
Por último, aunque como hemos visto su importancia es innegable, no es culpable de todo lo que se le achaca.
Tradicionalmente, la literatura científica ha asegurado que la testosterona era la mecha que encendía la agresividad. Sin embargo, estudios recientes afirman que no es cierto.
Ni agresiva, ni cancerígena
Uno de ellos, realizado en la Universidad de Zúrich, concluye: “La testosterona induce al comportamiento antisocial en los seres humanos, pero más a causa de nuestros propios prejuicios sobre sus efectos que a causa de un actividad biológica real”.
En este experimento se dio, o bien testosterona, o bien placebo a 120 individuos y se analizó su conducta posterior en un juego. Resultó que, sorprendentemente, fueron los del placebo los que finalmente eran más agresivos.
De hecho, según Puigvert: “Esta idea viene de estudios realizados en la década de 1980, en los que se halló que varios asesinos en serie tenían niveles altos de testosterona. Estudios que no son de fiar, porque en esa época las mediciones hormonales no eran muy exactas y no había un consenso científico al respecto”.
Otro de los bulos más extendidos es la relación entre los tratamientos con testosterona y el cáncer, sobre todo el de próstata. Según Puigvert: “Esta creencia se debe a un artículo publicado en los años 50 que describía el caso de un solo hombre que estaba siendo tratado con testosterona y desarrolló este cáncer. Pero actualmente se ha demostrado ya que hay más tasa de cáncer entre quienes tienen niveles bajos de testosterona que entre quienes los tienen normales”.

jueves, 17 de noviembre de 2011

La Desgracia afecta nuestra percepción

La desgracia afecta a la percepción de los sentidos. Se dice que en situaciones adversas nuestros sentidos agudizan su percepción y supuestamente se nos quedan grabadas imágenes y sonidos.

Resultados de una investigación científica afirman lo contrario. Lo que percibimos en un contexto de adversidad, en una situación traumática no lo percibimos de forma tan nítida como lo aprendido en otras circunstancias.

Traumas, desgracia y nuestra percepción

  • Ya otras investigaciones avanzaban en esta dirección.  Aquello que se decía hace años de,  la letra con sangre entra, en referencia al castigo físico usado en otras épocas era muy poco pedagógico.
  • Los resultados de una reciente investigación realizada por el Instituto Weizmann,  revelan que lo que aprendemos en contextos de adversidad, o trauma son  menos claras que las que aprendemos en otros contextos.
  • Parece en las situaciones traumáticas es más fácil nuestros sentidos se dispersen.
  • Los resultados obtenidos hacen pensar que esta tendencia está en la raíces de nuestra evolución como especie y podría explicar trastornos de ansiedad y otros  como el síndrome de estrés postraumático.d9a39_Post-Vacation-Blues-Pic

La investigación

  • Para investigar cómo percibimos  en situaciones desfavorables el Dr Rony Paz del Dpto de Neurobiología del Instituto Weizmmann junto a su ayudante Jenifer Resnik evaluaron a unos voluntarios que tenía que  aprendieron que determinados sonidos iban seguido de un estímulo desagradable, como un mal olor, otros tonos eran seguidos de algún estímulo agradable y otros por  nada.
  • Los resultados de los umbrales de percepción de los voluntarios fueron evaluados después para comprobar cómo habían sido capaces de distinguir los tonos seguidos de algún estimulo desagradable o  malo o  y los tonos seguidos de algo agradable o de algo neutral.
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Los resultados

  • Tal como era previsible según otras investigaciones anteriores, los resultados en las condiciones positiva o neutras eran mejores que en la condición del estímulo desagradable.
  • Los voluntarios tenía mejores resultados en la discriminación de tonos cuando los estímulos que seguían eran positivos o neutros, sin embargo si eran negativos o desagradables sus resultados empeoraba.
  • De tal forma que los voluntarios después de enterarse de que un determinado tono se asociaba con algo desagradable, no podían distinguir ese tono de otros similares, a pesar de haberlo realizado antes en condiciones normales.
  • No importa lo bien que hubieran distinguido los tonos antes o aprendido cosas nuevas, si recibían un refuerzo aversivo (un tono seguido de algo desagradable) los sujetos tenían mayores  dificultades para diferenciar los tonos entre sí.
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Según el Dr Rony Paz
Esto probablemente tiene sentido pensando  en nuestro pasado evolutivo. Si ya he escuchado el sonido de un león atacando, la supervivencia podría depender de un ruido similar y esto mantendría alerta los instintos ante la posibilidad de tener que salir corriendo, en lugar de considerar si el sonido es realmente un gruñido o solo algo parecido.
Rony Paz cree que esta tendencia podría ser más fuerte en personas que sufren síndrome de estrés post-traumático. Por ejemplo muchos de los testigos de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, desarrollaron estrés postraumático.
Los rascacielos les producían rechazo,incluso otros edificios altos que nada tenían que ver con las torres gemelas les seguían provocando rechazo. Sobre una base instintiva es posible que sencillamente asocien cualquier edificio alto con una experiencia traumática.
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El equipo de científicos investiga esta idea, entre otras cosas esperan identificar las áreas del cerebro que están involucradas en el establecimiento de los diferentes niveles de percepción. De esta forma se podrá saber más sobre el desarrollo de trastornos como la ansiedad o el estrés postraumático.

La capacidad de decisión de una célula es de 0,92 bits

Se ha conseguido determinar el número de posibles decisiones que una célula individual puede tomar después de recibir información de su entorno, y, en esencia, son sólo dos. Sin embargo, conforme aumenta el número de células que trabajan juntas, también lo hace la capacidad de decisión del grupo.

El estudio pionero en el que se ha hecho este hallazgo combina las matemáticas con experimentos en células vivas, para traducir el funcionamiento interno de la toma de decisiones de la célula en un lenguaje matemático universal, permitiendo que el procesamiento de información en las células sea comparado con el procesamiento de datos que tiene lugar en los ordenadores.

Esta nueva y llamativa investigación también demuestra por qué es ventajosa para las células la estrategia de cooperar entre ellas: Al formar parte de organismos multicelulares, logran superar su limitada capacidad de toma de decisiones.

Cada célula interpreta una señal proveniente del entorno de una manera diferente. Pero si muchas células actúan juntas, generando así una respuesta colectiva, el resultado puede eliminar las diferencias en la interpretación de la señal, en tanto que refuerza los rasgos comunes de las respuestas.

Un bit de información representa dos opciones: sí o no, encendido o apagado, o uno o cero en código binario, utilizado por los programas informáticos. Dos bits duplica la cantidad de opciones a cuatro, y así sucesivamente para cada bit agregado.

A fin de determinar cuántos bits de información tiene una célula para cada decisión, el equipo de Andre Levchenko, del Instituto Johns Hopkins para Ingeniería Celular, tuvo que medir una decisión biológica real en progreso. Los investigadores decidieron examinar los efectos de un conocido estimulante celular, una proteína llamada TNF, responsable de la activación de la respuesta inflamatoria en el cuerpo. Cuando las células detectan TNF en su superficie, transmiten un mensaje que envía una proteína mensajera al núcleo para activar los genes de la inflamación.

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Conexión sináptica neuronal. (Ilustración: NIMH)
 
 
 

Los investigadores administraron distintas cantidades de TNF a células de ratón en placas de Petri, y luego determinaron si el mensajero llegó al núcleo. Acoplaron al mensajero un marcador luminoso, de modo que cuanto más grande fuese la cantidad de mensajero presente en el núcleo, más brillante se viera éste bajo el microscopio. Los investigadores utilizaron un programa informático para cuantificar el brillo del núcleo después de la adición de TNF, con lo que pudieron calcular que la respuesta de una sola célula era de 0,92 bits de información, lo que, esencialmente, permite dos decisiones posibles.

Los investigadores también examinaron la idea de que las células podrían responder colectivamente a estímulos para tomar decisiones en conjunto. Volvieron a cuantificar el brillo del núcleo en respuesta a la TNF, pero esta vez examinaron grupos de células. Encontraron que grupos de tan pocas células como 14 podían producir 1,8 bits de información, correspondientes a entre 3 y 4 diferentes decisiones posibles para el grupo.

El hecho de que grupos de células puedan tomar más decisiones que células aisladas explicaría por qué ser multicelular es una opción provechosa en el mundo animal, y por qué las células a veces pueden lograr mucho más si trabajan juntas que si lo hacen por separado.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La influencia de ciertos genes en nuestros juicios morales

La opinión de que el fin justifica los medios es un tema candente de debate, sobre todo cuando se aplica a salvar vidas humanas. ¿Es aceptable causar la muerte de un ser humano si con ello se logra evitar la muerte de otros? En casos como el de tener que disparar contra un asesino para evitar que mate a personas inocentes, la respuesta suele estar bastante clara. En otras situaciones, el dilema moral se vuelve más complejo.

La postura que cada persona adopta al respecto de ese dilema moral depende en buena parte de lo que le dicte su conciencia. Pero, según los resultados de un nuevo estudio, también depende en gran medida de lo que le dicte su genética particular.

El equipo de la psicóloga Abigail Marsh, de la Universidad de Georgetown,  Estados Unidos, acaba de presentar la primera evidencia de que un genotipo particular puede afectar al modo en que la gente toma esa clase de decisiones.

En su investigación, Marsh y sus colegas constataron que las personas con el alelo largo de un gen específico (un transportador de serotonina) presentaban una mayor tendencia a considerar aceptable un peligro elevado de dañar a una persona inocente a cambio de salvar a otras, en comparación con los portadores del alelo corto del mismo gen.

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Los poseedores de un alelo largo de un gen específico (un transportador de serotonina) presentan una mayor tendencia a considerar aceptable un peligro elevado de dañar a una persona inocente a cambio de salvar a otras. (Imagen: Georgetown U.)





Que se sepa, ésta es la primera vez que se determina la existencia de una asociación entre un genotipo particular y diferencias entre individuos en cuanto a juicios morales.

Marsh reunió los datos mientras trabajaba en el Instituto Nacional estadounidense de Salud Mental, y colaboró con colegas del Instituto Nacional estadounidense sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La edad de la empatía (Frans de Waal)

El altruismo en animales y personas es un fenómeno que ha sorprendido desde siempre a los científicos. Cuidar de los congéneres, incluso poniendo en peligro nuestra propia vida, parece ir en contra del sentido común. Si de lo que se trata es de transferir nuestros genes a futuras generaciones, ¿por qué arriesgar ese objetivo facilitando que puedan hacerlo otros y no nosotros?

Lo cierto es que, más allá de esos casos excepcionales en los que efectivamente el altruismo escapa a toda lógica, en el resto de situaciones, este comportamiento es en realidad muy conveniente, y de hecho, ayuda a que la especie se desarrolle mejor y garantice su supervivencia. La empatía que sentimos por otros seres vivos forma parte esencial en el camino del éxito para nuestro desarrollo, y nos proporciona una ventaja palpable  ante otras especies que no actúan de este modo.

Frans de Waal es un biólogo de los Países Bajos que se ha especializado en la psicología social de los primates. Considerado una de las 100 personalidades más influyentes del mundo, el científico autor del aclamado “El mono que llevamos dentro” se adentra en este libro en el estudio del altruismo y la empatía en el ser humano y en otros animales.

Los dos rasgos, según de Waal, ya se encuentran en nuestros parientes más próximos (además de en delfines y elefantes, por ejemplo), de modo que se trata de características de comportamiento que hemos heredado de nuestros antepasados homínidos. Tanto es así que, durante la larga historia de nuestra evolución, deben haber jugado un papel importante en la consolidación de nuestra especie.

El autor, en “La edad de la empatía”, trata de rastrear los orígenes de estas aparentes virtudes, y acaba contradiciendo a aquellos que consideraban al Hombre como a un ser egoísta y poco desprendido con sus semejantes. La conclusión final es que el altruismo y la empatía forman parte indeleble de la lista de rasgos que nos hacen humanos, y que no seríamos lo mismo sin ellos.

Eso no quiere decir que otras especies no los presenten. De hecho, los zoólogos y naturalistas han presenciado notables episodios de comportamiento altruista en algunos animales, y no precisamente relacionados con un elevado nivel de inteligencia, lo que sugiere que estamos ante algo destacado en la evolución. En el caso del ser humano, no sería pues algo que debamos aprender primero, sino algo que somos por naturaleza.

Frans de Waal, hábil contador de historias y un divulgador de primer orden, nos regala en su obra con un rico anecdotario, siempre ofreciendo un lenguaje sencillo y perfectamente comprensible para el lector. El libro, que agradará a los interesados por la psicología y la biología en general, se cierra con un gran número de notas y de recomendaciones bibliográficas.

sábado, 29 de octubre de 2011

La primera foto de tus sueños

Esta es la reproducción de la 'foto' de un sueño. Crédito: Shinji Nishimoto, de la Universidad de Berkeley en California
La mayoría de nosotros, no somos capaces de recordar casi ninguno de nuestros sueños y mucho menos, de tener la habilidad de soñar con aquello que nos apetece. En cambio, hay personas conocidas como "soñadores lúcidos" que tienen la suerte de poder controlar sus acciones mientras están soñando, cualidad, que por cierto, puede entrenarse -por si estás interesado-.
Gracias a una nueva investigación del equipo de psiquiatría del Instituto Max Planck de Munich, Alemania, los investigadores han podido presentar las primeras evidencias de que, "es posible acceder al contenido del sueño utilizando técnicas de neuroimagen ya que las áreas del cerebro se activan igual en los sueños que cuando se ejecutan esas tareas reales durante la vigilia", afirma para la Agencia SINC Michael Czisch, coautor del estudio que será publicado el próximo mes de noviembre en la revista Current Biology. Según explica Czisch, la acción de soñar "no es solo ver una película del sueño" ya que son numerosas las regiones cerebrales que se 'activan' o 'encienden' cuando soñamos.
Gracias a este hallazgo, ahora pueden estudiarse aquellas reacciones neuronales que provocan los sueños e "investigar cómo cambia la actividad cerebral en el momento que alguien se convierte en un soñador lúcido". Esto, en combinación con la neuroimagen y el estudio de los patrones de la actividad cerebral, en un futuro podría ayudar a dar una imagen muy real de lo que el sujeto está soñando en ese momento.
Czisch realizó las pruebas con su equipo escaneando los cerebros de seis soñadores lúcidos varones de 21 a 38 años, a quienes les pidió que cuando dormieran movieran las manos, pero no físicamente, sino dentro de su sueño. Cuando hicieran esto alertarían de ello a los investigadores utilizando las señales de sus ojos como marcadores. Se midió la actividad neuronal mediante resonancia magnética funcional y Espectroscopía de Infrarrojo Cercano.
El doctor Jack Gallant nos lo advertía para un reportaje que publicamos recientemente: "Dentro de dos décadas seremos capaces de leer los sueños de las personas", lo que no sabíamos es que posiblemente también podríamos disfrutarlos a modo de 'peli' con unas palomitas.

Los neardentales eran cortos de piernas

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) han demostrado que los neandertales tenían las piernas más cortas que los humanos modernos para moverse de manera más eficiente por los terrenos montañosos en los que vivían. Los hallazgos revelan una tendencia a reducir la longitud de las extremidades en las especies que viven en zonas de montaña, algo que afectaría también a otros mamíferos.

“Hasta ahora los estudios que analizaban la longitud de las extremidades y que incluían a los neandertales apuntaban a una menor eficiencia de los movimientos, porque necesitaban dar más pasos para recorrer una determinada distancia”, explica Ryan Higgings. “Pero solo se fijaban en el desplazamiento en terrenos llanos”. Sin embargo, en terrenos escarpados el modo de caminar de los Neandertales sería incluso más eficiente que el de sus “primos patilargos”, los humanos modernos, según aseguran Higgings y sus colegas en la revista American Journal of Physical Anthropology.

Para llegar a estos resultados, los investigadores han usado un modelo matemático relacionando la proporción de las piernas con el ángulo de ascenso de las colinas que demuestra que no solo es aplicable a los neandertales, que vivieron entre 40.000 y 200.000 años atrás en Europa y el oeste de Asia. “En nuestro campo, si quieres probar la adaptación a un medio, como que las montañas hacen que las piernas se acorte, debes fijarte en varias especies en la misma situación”, aclara Higgings. Y eso han hecho con diferentes tipos de bóvidos, un grupo de mamíferos que incluye a gacelas, antílopes, cabras y ovejas. De este modo han comprobado que, mientras las cabras y las ovejas suelen tener los huesos de las patas más cortos, sus parientes de terrenos llanos, como las gacelas y los antílopes, tienen las extremidades más largas.A esto se añade que existe especie de gacela de montaña que sí tiene las patas cortas. “En definitiva, la topografía afecta a la proporción de las extremidades”, concluyen los autores del estudio.

jueves, 27 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

miércoles, 28 de septiembre de 2011

martes, 20 de septiembre de 2011

Ventajas de que niños y niñas de diferentes edades jueguen juntos

Aunque, obviamente, una diferencia demasiado grande de edad puede significar intereses distintos a la hora de jugar, y el dejar juntos a niños de distinta edad puede facilitar a los niños matones más crecidos sus malas acciones, existen efectos positivos de la interacción entre niños de diferentes edades a través de los juegos, según las conclusiones de un nuevo estudio.

El psicólogo Peter Gray, profesor en el Boston College, Estados Unidos, investiga desde hace tiempo la psicología del juego infantil. Recientemente, ha presentado en un número especial de la revista académica American Journal of Play, sus conclusiones sobre los efectos positivos de que niños y niñas de diferentes edades jueguen entre sí.

Gray argumenta que la costumbre moderna de separar por edades a los niños y niñas, formando grupos en los que todos los miembros tienen la misma edad, una práctica común en las aulas y patios de recreo de los colegios actuales, podría no ser del todo ideal para optimizar el desarrollo intelectual infantil.

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Peter Gray. (Foto: Boston C.)
Gray se basa en que cuando juegan juntos niños y niñas de edades diferentes, en condiciones aceptables, los participantes de más edad sirven de puntal para elevar el nivel de complejidad de las actividades que realizan los de menos edad, de tal modo que ese grado más sofisticado de juego les hace ejercitar a los pequeños sus habilidades cognitivas mucho más que si jugasen sólo con los de su misma edad. En estudios anteriores, se ha verificado un fenómeno bien conocido por la sabiduría popular y por la experiencia de mucha gente con hermanos de edades distintas: Los compañeros de juego de más edad exponen a los más jóvenes a conceptos más complejos de lenguaje, matemáticas, sociabilidad y otras áreas. Y, por otra parte, como muchos hermanos y hermanas mayores podrán reconocer, al interactuar en sus juegos con niños más pequeños, ejercitan sus capacidades de liderazgo, crianza, y docencia.

Tal como señala Gray, desde una perspectiva evolutiva, la situación natural para un niño que juega con otros es que sus compañeros de juegos sean de varias edades. Nuestros ancestros humanos y homínidos muy probablemente vivían en grupos pequeños, lo que hacía infrecuente que un niño pudiera jugar con otros de su misma edad, y habitual que sus compañeros de juego disponibles fuesen de varias edades.

En busca de la célula primigenia

El requisito más importante para que surja la vida es la existencia de un compartimiento cerrado, y la materialización de este concepto en la vida actual es la membrana celular.

La célula es una máquina muy compleja y evolucionada, y los registros fósiles más antiguos, que datan de varios miles de millones de años atrás, muestran organismos con estructuras que no son muy diferentes de las versiones modernas. Por lógica, estas sofisticadas estructuras celulares tuvieron que evolucionar a partir de un progenitor menos complejo, pero la falta de evidencia fósil de esa "célula primigenia" o protocélula representa el más importante eslabón perdido de la evolución de la vida.

El profesor Stephen Mann y sus colegas de la Escuela de Química de la Universidad de Bristol han abordado ahora este enigma recurriendo al diseño de un sistema químico que espontáneamente se organiza en microgotas que contienen agua, y que además albergan la molécula generadora de energía celular, el trifosfato de adenosina (ATP), y un polímero corto de lisina, un aminoácido natural.

Se trata de un sistema químico que quizá represente el modelo de protocélula más simple en la posible historia de la formación de células en un pasado remoto de la Tierra.

Además de señalar caminos factibles de la organización prebiótica antes de que apareciera la compartimentación basada en lípidos en las células de la Tierra arcaica, estas microgotas preparadas en la investigación pueden ser consideradas como un nuevo tipo de modelo de protocélula que podría ser usado para desarrollar biorreactores revolucionarios, e incluso células primitivas artificiales.

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Gotas de agua con péptidos y ATP. (Foto: U. Bristol)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Computación biológica

En la revista Natural Computing, investigadores de la Universidad Politécnica (UPM) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) proponen una alternativa para resolver problemas matemáticos complejos en un simple tubo de ensayo.

Desde que surgieron hace 4.000 de millones de años, los seres vivos han desarrollado la capacidad de adaptarse a su entorno. Son capaces de percibir lo que les rodea, comunicarse con otros organismos y modificar su entorno según sus necesidades. Un ejemplo lo podemos encontrar en determinadas bacterias que pueden formar macroestructuras conocidas como biopelículas.

En dichas estructuras existe un alto grado de organización y comunicación que permiten la supervivencia de la comunidad. Pero, ¿cómo unos organismos en teoría tan simples son capaces de producir sistemas tan complejos? Y lo que es más importante, ¿podemos aprovechar esos sistemas para nuestro beneficio?

Los últimos avances que se están realizando en el campo de la secuenciación de genomas y en la actividad de los genes en general, están ampliando nuestros conocimientos de los distintos modos en los que funcionan los mecanismos de percepción de los microorganismos y a su vez los mecanismos de interacción entre ellos. Dichos conocimientos han dado lugar a la aparición de una disciplina denominada Biología de Sistemas, que se encarga de recopilar esos datos y correlacionarlos con lo que se observa en la naturaleza.

De hecho, aprovechando ese conocimiento se han modificado genéticamente ciertas bacterias con el fin de que proporcionen una señal medible ante un estímulo dado. No obstante, la utilización de una única estirpe bacteriana conlleva una serie de problemas, por ejemplo: la disminución de la viabilidad de la bacteria o la fiabilidad de la respuesta, según lo complejo del diseño experimental.

El Grupo de Computación Natural de la Universidad Politécnica de Madrid junto con el grupo Rizosfera-UAM, en un artículo publicado recientemente en la revista Natural Computing, han propuesto una alternativa para que se puedan resolver problemas matemáticos complejos en un simple tubo de ensayo.

Dicha alternativa consistiría en dividir las tareas entre varias estirpes de bacterias, en vez de utilizar una única estirpe bacteriana modificada. Partiendo de esta premisa, los investigadores proponen diseñar bacterias “a la carta” mediante modificación genética, que respondan de una manera determinada y con una intensidad dada ante una señal química presente en el ambiente.

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(Foto: UAM)
De tal modo, los investigadores podrían tener a su disposición un arsenal de bacterias que posiblemente puedan mezclarse en un tubo de ensayo como si fueran las líneas de un código de un programa, en donde pudieran recibir las señales externas y a su vez comunicarse entre ellas para obtener una respuesta adecuada.

Así, y a modo de ejemplo, han mostrado cómo se deberían modificar tres bacterias para resolver un problema lógico simple, a saber, determinar si en un medio dado aparece uno y sólo uno de dos compuestos químicos determinados produciendo o no una proteína fluorescente como respuesta.

Dada la versatilidad de este sistema, las aplicaciones a desarrollar pueden ser múltiples.

Por ejemplo, se podrían construir dispositivos de tamaño reducido y con un bajo impacto ambiental capaces de determinar qué contaminantes y en qué cantidad hay en un embalse con destino al consumo humano. Además, dada la gran cantidad de bacterias que pueden crecer en un volumen mínimo, los investigadores consideran que se encuentra ante la posibilidad de construir microcircuitos que podrían permitir resolver problemas matemáticos complejos. (Fuente: UAM)

lunes, 29 de agosto de 2011

Vinculan El Niño con el aumento de conflictos civiles

Un equipo interdisciplinar del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (EE UU) relaciona el fenómeno climático de Oscilación del Sur El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés) y la incidencia de conflictos violentos. Según el estudio, publicado en la revista Nature, El Niño ha tenido un papel importante en el 21% de las guerras civiles en todo el mundo de 1950 a 2004.

“Está documentado que El Niño conduce a situaciones de sequía y calor en todo el trópico, y que estas condiciones tienen importantes efectos negativos en las sociedades”, declara a SINC Kyle Meng, investigador de la Universidad de Columbia (EE UU) y coautor de un estudio sobre la relación entre este fenómeno climático y la incidencia de guerras.

El trabajo recaba datos de los conflictos civiles ocurridos desde 1950 a 2004 a través del Centro para el Estudio de las Guerras Civiles de Noruega.

Los resultados indican que la probabilidad de que ocurran conflictos durante los años de El Niño, cuando las condiciones meteorológicas son por lo general más cálidas, es dos veces mayor que en los años más fríos de La Niña. “Esta es la primera demostración de que la estabilidad de las sociedades modernas se relaciona fuertemente con el clima mundial”, apuntan los autores del estudio.

“Se ha sugerido que los cambios climáticos globales han sido responsables de los incidentes de violencia generalizada e incluso el colapso de las civilizaciones”, señala el estudio. “Sin embargo, la mayor parte del apoyo a esta idea ha sido anecdótica y las metodologías que rigen los estudios cuantitativos no han arrojado resultados concluyentes”.

Las cifras señalan que El Niño ha podido estar relacionado de manera importante con el 21% de las guerras civiles de todo el mundo, y cerca del 30% en los 90 países tropicales afectados directamente por él. Además, los expertos sugieren que el ‘caos’ en lugares como Somalia está aumentando por el calentamiento global.

Los científicos apuntan que el fenómeno de El Niño está vinculado con pérdidas en los cultivos de gran tamaño, escasez de alimentos y aumento de los precios. “En los países con una economía basada en la agricultura, una mala cosecha puede conducir a un aumento del desempleo y desestabilizar a la sociedad, que puede tomar la decisión de luchar de forma más activa”, afirma Meng.

También han descrito cómo en otros lugares El Niño se correlaciona con un aumento de los desastres naturales, como huracanes, y la propagación de enfermedades infecciosas. “Existen además explicaciones no económicas. Algunos trabajos recientes de sociólogos han demostrado que las personas son más agresivas cuando las temperaturas suben”, indica el investigador.

Por otro lado, este fenómeno no perturba a todos los países de la misma forma. Solomon M. Hsiang, autor principal del estudio, asegura que países como Australia, que se ha visto afectado por El Niño, nunca ha conocido una guerra civil.

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En rojo, los países donde la mayoría de la población vive en zonas muy cálidas durante los años de El Niño. (Imagen: Nature)




En contraste, en 1982, este evento climático golpeó a la empobrecida sierra de Perú, destruyendo las cosechas. “Ese año los ataques del movimiento guerrillero Sendero Luminoso se convirtieron en una escalada de violencia durante 20 años de guerra civil que aún continúa en la actualidad”, explica Hsiang.

Otros países en los que se han enquistado los conflictos durante El Niño son El Salvador, Filipinas y Uganda (1972), Angola, Haití y Myanmar (1991), y el Congo, Eritrea, Indonesia y Ruanda (1997).

Los científicos plantean que sus hallazgos podrían mejorar la prevención global de algunos conflictos y crisis humanitarias asociadas. “Sin embargo, la generalización de estos resultados requiere una comprensión más profunda de los mecanismos que relacionan el conflicto con el clima”, señalan.

“Tenemos la sospecha de que todos estos conflictos se están produciendo de forma simultánea durante los eventos de El Niño. El reto está en identificar cuál de estos problemas se está produciendo, cuándo y dónde”, concluye Meng. (Fuente: SINC)

viernes, 12 de agosto de 2011

Las neuronas espejo

Sin duda la existencia de las neuronas espejo fue algo fundamental para el desarrollo de le empatía, para reorientar algunas emociones y para modificar algunos aspectos de la motivación humana.


martes, 9 de agosto de 2011

Somos ultrasociales

¿Qué implicaciones tiene el ser sociales para los diversos aspectos de la vida humana?. En el siguiente video R. Dunbar explica parte de estos aspectos.


chimpis generosos

La generosidad no es un rasgo exclusivo del ser humano. Investigadores del Centro Nacional de Investigación de Primates Yerkes (EE UU) han demostrado que los chimpancés tienen una clara tendencia al altruismo y el comportamiento prosocial.

Para el estudio, los investigadores Victoria Horner y Frans de Waal realizaron una prueba que se centró en ofrecer a siete chimpancés hembra adultas una elección entre dos acciones similares: una que premiaba tanto al participante como a un compañero, y otra que recompensaba sólo al participante. En cada ensayo, el sujeto que elegía, siempre con una compañera a la vista, escogía entre fichas de diferente color. Una ficha podía ser intercambiada por comida ofrecida a ambos miembros (prosocial), y otra ficha de otro color ofrecía alimento únicamente al que elegía (egoísta). Los siete chimpancés mostraron preferencia por la opción prosocial.

El estudio también muestra que los sujetos eran altruistas en especial con los que esperaban pacientemente y les recordaban con cuidado que estaban allí. Los chimpancés que elegían las fichas tenían menos probabilidades de premiar a los que montaban un alboroto, pedían con insistencia o les escupían agua, mostrando así que su altruismo es espontáneo y no está sujeto a la intimidación.

Ahora, los investigadores planean determinar si la tendencia altruista de los chimpancés está relacionada con las interacciones sociales dentro del grupo, tales como el intercambio de alimentos o el apoyo social.

Las sabanas, los paisajes habituales de la evolución humana

Las sabanas africanas prevalecieron en la mayoría de los lugares del este de África, donde los ancestros del ser humano y sus parientes simios evolucionaron durante los últimos seis millones de años. Así lo confirma en la revista Nature un equipo internacional de científicos que ha desarrollado un nuevo método de análisis para cuantificar la superficie vegetal.

Un grupo de científicos estadounidenses, australianos, y keniatas ha utilizado isótopos de suelo antiguo para medir la superficie de árboles prehistóricos y la sombra en el pasado geológico, y ha determinado que las sabanas cubiertas de pasto y salpicadas de árboles estuvieron presentes en la mayoría de los lugares del este de África desde hace seis millones de años.

“Existieron hábitats abiertos en los entornos del este de África donde se han encontrado algunos de los primeros fósiles humanos de los últimos millones de años”, afirma Thure Cerling, autor principal del estudio e profesor de geología, geofísica y biología en la Universidad de Utah (EE UU).

Según el geoquímico, “donde hay restos de ancestros humanos, existen indicios de hábitats abiertos mucho más parecidos a las sabanas que a los bosques”.

El estudio, que se publica en Nature, ha permitido desarrollar un método que ha correlacionado ratios de isótopos de carbono en 3.000 muestras de suelo con fotografías por satélite de superficies de árboles y vegetación en 75 ubicaciones tropicales de todo el mundo (la mitad en África).

Las localizaciones representaban cualquier medio: desde el bosque cerrado hasta el pasto abierto, lo que permitió a los científicos determinar el porcentaje de superficie de árboles y de arbusto frondoso de hace millones de años.

Esta nueva forma de cuantificar el grado de apertura de los paisajes tropicales es el primer método “que realmente cuantifica la superficie de canopea, que es la base para clasificar algo como sabana”, afirma el investigador.

Según Cerling, aunque las sabanas del este de África se hicieron más extensas en los últimos dos millones de años, y los ancestros humanos y sus parientes pasaron épocas en estrechos “bosques en galería” paralelos a los corredores fluviales, el nuevo método demuestra que los pastos y las dehesas han prevalecido durante más de seis millones de años en la cuna de la humanidad, con una superficie de árboles de un 40% aproximadamente en la mayoría de las ubicaciones.

Para el equipo de investigación, durante los últimos 7,4 millones de años, en la superficie forestal el 75% eran arboledas cerradas y el 5% o menos pastos abiertos. Pero importantes áreas con superficie forestal por debajo del 40% (arboledas y pastos de sabana) han estado constantemente presentes.

La investigación ha permitido demostrar que más del 70% de las ubicaciones analizadas presentaba menos del 40% de superficie forestal, lo que indica que se trataba de dehesa arbolada o pasto. Menos del 1% de las muestras indicaron ubicaciones donde la superficie arbolada superara el 70%.

“Por tanto, los bosques ‘cerrados’ (más del 80% de superficie forestal) representan una fracción muy reducida de los entornos representados por estos paleosuelos”, detalla Cerling.

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Sabana del este de África en la Reserva Nacional de Samburu en Kenia. (Imagen: Thure Cerling / Universidad de Utah)



A esto se añade el que los fósiles de los primeros humanos y de sus ancestros y parientes extinguidos se han encontrado en entornos abiertos y arbolados del este de África. Los Ardipithecus, por ejemplo, que vivieron hace 4,3 millones de años en bosques según sus descubridores, presentaban un pequeño componente de pastos y otras plantas en su dieta.

“El hecho de que incluyeran pasto significa que se adentraban en la sabana, a menos que estuvieran degustando comida para llevar”, añade Cerling. Según el estudio, durante el paso al bipedalismo (hace unos 4 millones de años), los espacios abiertos ya existían, “incluso predominaban”.

“En algunos periodos, había más arbustos y en otras épocas, menos. Casi nada podría haberse denominado un bosque denso, pero podemos observar ciertos periodos en los que determinados entornos estaban constantemente más poblados de árboles que otros. Descubrimos homínidos en ambos lugares”, declara el experto quien añade que la forma en la que los primeros homínidos repartieron su tiempo entre hábitats “más abiertos” y “más cerrados” sigue siendo una cuestión pendiente. (Fuente: SINC)

miércoles, 27 de julio de 2011

Minority Rules: Scientists Discover Tipping Point for the Spread of Ideas

Scientists at Rensselaer Polytechnic Institute have found that when just 10 percent of the population holds an unshakable belief, their belief will always be adopted by the majority of the society. The scientists, who are members of the Social Cognitive Networks Academic Research Center (SCNARC) at Rensselaer, used computational and analytical methods to discover the tipping point where a minority belief becomes the majority opinion. The finding has implications for the study and influence of societal interactions ranging from the spread of innovations to the movement of political ideals.
“When the number of committed opinion holders is below 10 percent, there is no visible progress in the spread of ideas. It would literally take the amount of time comparable to the age of the universe for this size group to reach the majority,” said SCNARC Director Boleslaw Szymanski, the Claire and Roland Schmitt Distinguished Professor at Rensselaer. “Once that number grows above 10 percent, the idea spreads like flame.”
As an example, the ongoing events in Tunisia and Egypt appear to exhibit a similar process, according to Szymanski. “In those countries, dictators who were in power for decades were suddenly overthrown in just a few weeks.”
The findings were published in the July 22, 2011, early online edition of the journal Physical Review E in an article titled “Social consensus through the influence of committed minorities.”
An important aspect of the finding is that the percent of committed opinion holders required to shift majority opinion does not change significantly regardless of the type of network in which the opinion holders are working. In other words, the percentage of committed opinion holders required to influence a society remains at approximately 10 percent, regardless of how or where that opinion starts and spreads in the society.
To reach their conclusion, the scientists developed computer models of various types of social networks. One of the networks had each person connect to every other person in the network. The second model included certain individuals who were connected to a large number of people, making them opinion hubs or leaders. The final model gave every person in the model roughly the same number of connections. The initial state of each of the models was a sea of traditional-view holders. Each of these individuals held a view, but were also, importantly, open minded to other views.
Once the networks were built, the scientists then “sprinkled” in some true believers throughout each of the networks. These people were completely set in their views and unflappable in modifying those beliefs. As those true believers began to converse with those who held the traditional belief system, the tides gradually and then very abruptly began to shift.
“In general, people do not like to have an unpopular opinion and are always seeking to try locally to come to consensus. We set up this dynamic in each of our models,” said SCNARC Research Associate and corresponding paper author Sameet Sreenivasan. To accomplish this, each of the individuals in the models “talked” to each other about their opinion. If the listener held the same opinions as the speaker, it reinforced the listener’s belief. If the opinion was different, the listener considered it and moved on to talk to another person. If that person also held this new belief, the listener then adopted that belief.
“As agents of change start to convince more and more people, the situation begins to change,” Sreenivasan said. “People begin to question their own views at first and then completely adopt the new view to spread it even further. If the true believers just influenced their neighbors, that wouldn’t change anything within the larger system, as we saw with percentages less than 10.”
The research has broad implications for understanding how opinion spreads. “There are clearly situations in which it helps to know how to efficiently spread some opinion or how to suppress a developing opinion,” said Associate Professor of Physics and co-author of the paper Gyorgy Korniss. “Some examples might be the need to quickly convince a town to move before a hurricane or spread new information on the prevention of disease in a rural village.”
The researchers are now looking for partners within the social sciences and other fields to compare their computational models to historical examples. They are also looking to study how the percentage might change when input into a model where the society is polarized. Instead of simply holding one traditional view, the society would instead hold two opposing viewpoints. An example of this polarization would be Democrat versus Republican.
The research was funded by the Army Research Laboratory (ARL) through SCNARC, part of the Network Science Collaborative Technology Alliance (NS-CTA), the Army Research Office (ARO), and the Office of Naval Research (ONR).
The research is part of a much larger body of work taking place under SCNARC at Rensselaer. The center joins researchers from a broad spectrum of fields – including sociology, physics, computer science, and engineering – in exploring social cognitive networks. The center studies the fundamentals of network structures and how those structures are altered by technology. The goal of the center is to develop a deeper understanding of networks and a firm scientific basis for the newly arising field of network science. More information on the launch of SCNARC can be found at http://news.rpi.edu/update.do?artcenterkey=2721&setappvar=page(1)
Szymanski, Sreenivasan, and Korniss were joined in the research by Professor of Mathematics Chjan Lim, and graduate students Jierui Xie (first author) and Weituo Zhang.

miércoles, 20 de julio de 2011

Seduccion mujeres y tono de voz

Seducción, mujeres y todo de voz.  Según una investigación las mujeres cambian su tono de voz dependiendo si el hombre les resulta más o menos atractivo. En De Psicología.com informan  sobre la seducción y el tono de voz. 
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Tocarse el pelo, tocarse los labios, mostrar las muñecas, cruzar las piernas, sonreír, ladear la cabeza, o mirar de reojo son gestos considerados de seducción en la mujer. No solo la postura y los gestos, la voz es también un arma de seducción tanto para hombres como para mujeres.
Paul J. Fraccaro y sus colegas investigaron la relación entre el tono de voz de la mujer cuando deja un mensaje a un hombre al que le gusta o si le es indiferente.
Los investigadores citaron varios estudios donde se comenta que los hombres prefieren a las mujeres con voces más agudas ya que la voz aguda se asocia con la feminidad.  A raíz de esta premisa los investigadores pensaron la hipótesis que las mujeres modulan su tono de voz de manera que sea más agudo cuando hablan con un hombre que les gusta.
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El estudio

Se les pidió a 45 mujeres que dejaran el siguiente mensaje después de ver una cara de hombre (unas con aspecto más masculino otras con aspecto más femenino pero de hombres ambas). El mensaje era
Hola, nos conocimos en el bar la noche anterior y  te llamo para ver si te apetece quedar en algún día, llámame.
Los investigadores buscaban la relación entre la atracción hacia un rostro de un hombre con rasgos más masculinos o femeninos  y su modulación en el tono de voz. ¿Habría cambios en el tono de voz  de las mujeres si les gusta un hombre con rasgos  muy masculinos estilo Javier Bardem o si tiene rasgos como Brad Pitt o Leonardo DiCaprio?3414251_f260
  • Usaron una herramienta acústica para analizar los cambios en el tono de voz. Los investigadores encontraron que su hipótesis era cierta. Las mujeres que habían escogido hombres con rasgos más femeninos, habían dejado un mensaje con voz más aguda.
  • Lo mismo sucedía  a las mujeres que habían escogido la cara de un hombre más masculina, le dejaban un mensaje modulando la voz de forma más aguda.
Si un hombre les gustaba las mujeres trataban de modular la voz en el mensaje para destacar fuera más aguda. Los investigadores concluyeron que el tono de voz es usado como un reclamo sexual, un arma más de seducción que la mujer modula en función de si el hombre le resulta atractivo o no.
Ahora falta otra investigación que afecte a los hombres, les damos una idea a los investigadoresGuiño
  • Si se afirma que a la mayoría de las mujeres nos gustan las voces graves que asociamos con la  masculinidad, ¿modulan la voz los hombres para hacerla más grave cuando están con una mujer que les gusta?
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