Ante una nueva situación, los seres humanos hacemos predicciones sobre el futuro compilando diferentes fuentes de información guiados por el conocimiento abstracto y elaborando posibles expectativas sobre las nuevas situaciones que se nos presentan. Es decir, predicciones racionales más que basadas en la mera experiencia. Según las conclusiones de un estudio coordinado por Luca Bonatti, investigador ICREA del Grupo de Investigación RICO (Reasoning and Infant Cognition) de la Universidad Pompeu Fabra, esta capacidad humana de raciocinio extremadamente rica, poderosa y coherente ya se manifiesta en la infancia En su trabajo, que se publica en la revista Science, Bonatti y su equipo han demostrado que ante una variedad de estímulos complejos, los bebés adoptan un comportamiento preciso y racional, una capacidad que han denominado como “razonamiento puro”. En el experimento, a los bebés se les muestran escenas similares a un bombo de la lotería, con diferentes objetos moviéndose en el interior y uno de ellos saliendo después de períodos variables. La capacidad racional de los niños se evaluó midiendo el tiempo de respuesta a un determinado estímulo visual, que actúa como indicador de sorpresa y novedad. En concreto, el estímulo visual le despierta una mayor atención cuanto más alejado está de sus expectativas según su experiencia previa, o cuanto más sorprendente resulta. El estudio se ha llevado a cabo en bebés de doce meses de edad que aún no han desarrollado la capacidad del habla y ha constatado que, cuando a los bebés se les muestran diferentes objetos complejos en movimiento, los niños elaboran expectativas precisas sobre el comportamiento de estos en un futuro inmediato. |
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viernes, 27 de mayo de 2011
Otra vez Piaget está equivocado
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