Investigadores de la Universidad de Rochester (EE UU) han llevado a cabo un estudio que demuestra la naturaleza reparadora del sueño y que podría explicar por qué necesitamos dormir, según publica la revista Science en su última edición.
"Dormimos para limpiar el cerebro; dormir
parece ser el resultado de la liquidación activa de los subproductos de
la actividad neuronal que se acumulan durante la vigilia",
explica Maiken Nedergaard, autora principal del artículo, en
declaraciones a la agencia SINC. En concreto, su trabajo apunta que
durante el sueño el cerebro es muy activo en la eliminación de residuos,
como la proteína beta-amiloide responsable de la enfermedad de
Alzheimer y otros trastornos neurológicos.
El conocido como 'sistema glinfático',
que fue descubierto el año pasado por los mismos investigadores, suple
el papel del sistema responsable de la eliminación de residuos celulares
en el resto del cuerpo –el sistema linfático–, cuya función no se
extiende a este órgano.
El proceso del cerebro para limpiar
residuos no era conocido hasta ahora por los científicos ya que, al
observarse solo en el cerebro vivo, no ha sido posible hasta la llegada
de nuevas tecnologías de imagen como la microscopía de dos fotones.
Gracias a esta técnica, los investigadores pudieron observar en ratones
–cuyos cerebros son muy similares a los seres humanos– una
especie de sistema de tuberías en los vasos sanguíneos del cerebro que
permite al líquido cefalorraquídeo ‘lavar’ los residuos e
incorporarlos al sistema circulatorio para acabar, finalmente, en el
hígado, que elimina de la sangre las sustancias nocivas para el
organismo.
Los científicos de Rochester comprobaron que el
sistema glinfático es casi diez veces más activo durante el sueño y
que, al dormir, el cerebro elimina de forma significativa más
beta-amiloide. Una de las pistas para entender que este sistema
puede ser más activo durante el sueño fue el hecho de que la cantidad
de energía consumida por el cerebro no disminuye drásticamente
disminuirá mientras dormimos. Además, los investigadores encontraron
que, mientras dormimos, las células del cerebro encogen y se reducen un
60%, lo que permite que los residuos se eliminen con mayor eficacia.
Los científicos apuntan que esta contracción crea más
espacio entre las células y permite al líquido cefalorraquídeo limpiar
más libremente los residuos a través del tejido cerebral. Por
el contrario, cuando se está despierto las células del cerebro están más
cerca, restringiendo el flujo del líquido cefalorraquídeo.
"Entender exactamente cómo y cuándo el cerebro activa el sistema
glinfático y limpia los residuos es un primer paso en los esfuerzos para
modular este sistema y hacer que funcione de manera más eficiente",
subraya Nedergaard.
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