El Homo erectus utilizaba estas hachas de piedra sofisticadas en África para despedazar animales, 300.000 años antes de lo que se creía
Día 31/08/2011 - 20.00h
Turkana, noroeste de Kenia. Hace 1,8 millones de años. Un Homo erectus
alto y espigado, precursor de los humanos modernos, recoge una piedra
del suelo y, sí, eureka, piensa qué puede hacer con ella. Tras
imaginarse a sí mismo en una violenta escena, despedazando un gran
animal para luego devorarlo, fabrica una herramienta con la que lograr
su propósito. Investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York
han descubierto en un yacimiento de esa región de África unas hachas de piedra de 1,8 millones de años, que sugieren que ya entonces, 300.000 años antes de lo que se creía hasta ahora, nuestros ancestros eran capaces de fabricar semejantes artilugios, utilizando una tecnología compleja. El
hallazgo demuestra una capacidad tecnológica desarrollada que,
curiosamente, por alguna razón, el Homo erectus no fue capaz de llevarse
consigo a Asia. La investigación, publicada en la revista Nature, plantea nuevas preguntas acerca de cómo evolucionaron estos primeros humanos.
El Homo erectus
apareció hace unos 2 millones de años y se extendió a través de Asia y
África antes de llegar a un posible callejón sin salida evolutivo, hace
unos 70.000 años. Algunos investigadores piensan que este homínido
evolucionó en África oriental, donde se han descubierto muchos de sus
fósiles más antiguos, pero el descubrimiento en los 90 de uno de ellos,
igual de antiguo, en Georgia, llevó a los científicos a sugerir un
origen asiático. El nuevo estudio publicado en Nature no resuelve este
debate, pero sí añade complejidad a la trama. Hace 1,8 millones de años,
el Homo erectus de Dmanisi,
en Georgia, todavía utilizaba simples herramientas cortantes, mientras
que sus hermanos africanos de Turkana, según los investigadores, ya
habían desarrollado hachas de mano, picos y otras herramientas innovadoras que forman parte de la industria lítica denominada Achelense.
El más antiguo del mundo
El
famoso antropólogo Richard Leakey encontró en el lago Turkana en Kenia,
en el gran valle del Rift -donde las placas terrestres se desgarran y
aparecieron por primera vez algunos de los primeros humanos-, al Niño de Turkana,
un Homo erectus adolescente que vivió allí hace unos 1,5 millones de
años y que sigue siendo el esqueleto humano primitivo más completo
hallado jamás. Pues precisamente a pocos kilómetros del sitio del Niño
de Turkana, se encuentra el sitio arqueológico de Kokiselei,
donde los investigadores de Columbia se dirigieron en 2007 para datar
la edad de unas herramientas que habían aparecido. Resultaron, por las
pistas dadas por los sedimentos, más antiguas de lo que se creía: 1,76 millones de años.
«Sospechábamos
que Kokiselei era un sitio bastante viejo, pero los datos geológicos
indican que es el sitio achelense más antiguo del mundo», dice el autor
principal del estudio, el geólogo Christopher Lepre. Las herramientas
achelenses previamente identificadas aparecieron en Konso, Etiopía, hace
unos 1,4 millones de años, y en India, con una antigüedad de entre 1,5 y
1 millón de años. Las últimas encontradas retroceden aún más en el
pasado.
Despedazar elefantes
Las
herramientas achelenses son más grandes y pesadas que los cantos
tallados utilizados anteriormente, y también tenían los bordes
cincelados. Podrían haber ayudado al Homo erectus a despedazar elefantes o los restos de otros animales abandonados por grandes depredadores, e incluso pudo permitir a los primeros humanos cazar semejantes presas ellos mismos. «Podrías
golpear una articulación y desplazar el hombro de un brazo, la pierna o
la cadera», explica el paleoantropólogo Eric Delson. «Las herramientas
permitirían (al Homo erectus) abrir y desmembrar un animal para
comérselo».
La habilidad que hace falta en la fabricación de una herramienta semejante indica que el Homo erectus era diestro y capaz de pensar en el futuro. En Kokiselei, la presencia de ambos métodos de fabricación de herramientas -el más simple, denominado Oldowan
y el Achelense- podría significar que el Homo erectus y su más
primitivo Homo habilis vivieron al mismo tiempo. Los autores creen que
el Homo erectus pudo llevar la tecnología achelense al Mediterráneo hace
un millón de años. Además, se preguntan por qué, si el Homo erectus pudo haber emigrado a Dmanisi, en Georgia, por alguna razón, «perdió» la tecnología Achelense en el camino.
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