El tamaño de los lóbulos frontales no implica, como se pensaba, la base de las capacidades cognitivas superiores humanas.
Aunque el tamaño absoluto y proporcional de la región frontal del
cerebro aumentó en los humanos a lo largo de la evolución, este cambio
aconteció en estrecha correlación con un crecimiento del tamaño de otras
áreas cerebrales y del encéfalo en su conjunto. Una reciente
investigación indica que no puede tenerse en cuenta el tamaño de los
lóbulos frontales humanos como única peculiaridad de las capacidades
cognitivas superiores humanas, como se solía pensar hasta ahora.
Investigadores de las universidades de Durham y Reading sugieren que
junto a los lóbulos frontales, otras áreas más «primitivas» del
encéfalo, como el cerebelo, son igual de importantes en la expansión de
nuestro cerebro, por lo que desempeñan una función notable en la
cognición y algunas psicopatologías.
Importancia relativa
Robert Barton, del Departamento de Antropología de la Universidad de
Durham y uno de los autores, desmiente a raíz de los resultados que han
obtenido algunos de los supuestos vigentes hasta ahora, entre ellos, que
la expansión del lóbulo frontal resultó particularmente crucial para el
desarrollo del comportamiento, el pensamiento y el lenguaje del hombre
moderno o que los lóbulos frontales protuberantes nos hacen realmente
humanos. «Los lóbulos frontales humanos tienen exactamente el tamaño
esperado para un cerebro no humano reducido hasta el tamaño humano. Ello
significa que las zonas tradicionalmente consideradas como más
primitivas fueron igualmente importantes durante nuestra evolución.
Estas otras áreas deben recibir ahora más atención. De hecho, ya existe
alguna evidencia de que los daños en el cerebelo, por ejemplo, son un
factor a tener en cuenta en trastornos tales como el autismo y la
dislexia», afirma Burton.
Los científicos argumentan que numerosas de nuestras habilidades
cognitivas superiores se llevan a cabo en otras extensas redes
cerebrales que unen áreas diferentes del encéfalo. También sugieren que
en el funcionamiento cognitivo resulta más crítica la estructura de
estas redes extendidas que el tamaño de cualquier región del cerebro
aislado. El análisis de datos de investigaciones previas en humanos y
animales, además de métodos filogenéticos les han permitido obtener
resultados sólidos, explican. Y concluyen: los lóbulos frontales no
evolucionaron especialmente rápido a lo largo del linaje humano después
de que se separara del de los chimpancés.
El reciente estudio señala que no puede atribuirse al tamaño de los lóbulos frontales (en rojo) las capacidades cognitivas superiores de los seres humanos. [Wikimedia Commons / LSDB]
Más información en PNAS
Fuente: psiquiatria.com / PNAS
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