Nadie en nuestros días desconoce que el fuego es un elemento de utilidad para los humanos y que constituye uno de nuestros más grandes descubrimientos. Sin embargo, la verdadera importancia del fuego en la evolución humana recae en la determinación que tuvo sobre su cerebro y, consecuentemente, en el desarrollo de su mente, la más poderosa adquisición de nuestra especie, que nos distingue y eleva en el reino animal. Una buena manera de comprender esta afirmación es recorriendo el proceso que tuvo lugar desde que nuestro antepasado, el Homo erectus, por vez primera dominara el fuego y lo pusiera a su disposición. Viajemos.
Alimentación de los primeros Homo erectus
Al no poseer ni garras ni colmillos, no era capaz de enfrentarse a las grandes fieras para obtener comida, sin mencionar que era una fácil presa de ellas. La única vía que le quedaba entonces resultaba la carroñera, es decir, comer la carne de un animal muerto y, desde luego, las plantas. Así pues, nuestro Homo erectus engullía sus alimentos crudos.
La carne cruda y los vegetales sin cocción requieren más tiempo y energía para digerirse que los cocidos. Por eso los chimpancés se pasan horas mascando su comida antes de tragarla. Es un modo natural de apoyar el proceso, pero un modo lento obviamente.
Descubrimiento del fuego
Consecuencias del descubrimiento del fuego
Luz y calor
El fuego se convirtió en una fuente de luz y calor. Mientras la vida de esto homínido era diurna y al caer la noche se retiraba a dormir o a estar sentado en silencio en su nicho, una vez que apareció el fuego puedo tener una vida nocturna. Además tenía una forma nueva de protegerse de las bajas temperaturas del invierno, que podía utilizar dentro de su caverna o a la intemperie.Comida cocida
Con la aparición del fuego, llegó a la vida de nuestros antepasados un suceso único dentro del mundo natural: la comida cocida. Con ello se ampliaba el número de productos que se podían comer; se almacenaba comida para el invierno; se preparaba alimento de consistencia suave, ideal para individuos mayores ya sin dientes pudieran comer, entre otras facilidades. La cocción de los alimentos duplicó los años de vida y trajo a la tribu una nueva experiencia.Empero, dos cosas esenciales ocurrieron: se incrementaron las calorías obtenibles por el sistema digestivo y se redujo el costo energético de la digestión. De ahí que hubiera más energía metabólica para que el organismo realizara otros procesos. El sistema nervioso se vio así considerablemente favorecido.
Protección de los depredadores y cacería
Una vez que el hombre dominó el fuego, pudo protegerse mejor de sus depredadores. Recordemos que en su época polulaban las criaturas salvajes. Observemos por ejemplo al tigre dientes de sable: este animal le teme, y con razón, al poder del fuego.Junto a la defensa, el Homo erectus encontró una nueva manera de obtener alimentos: la cacería. El fuego no solo ahuyenta bestias como los mamuts, haciéndolos caer por abismales acantilados, sino que ayuda a mejorar las herramientas para la caza.
Salud
El fuego permitió cuidar de la salud. Con él se esterilizaban instrumentos y heridas. Otro uso dado fue al hervir las plantas para obtener brebajes con poderes curativos; al inhalar el vapor se descongestionaban las vías respiratorias. Un dato interesante es que tan solo hirviendo la corteza de sauce, se obtenía una sustancia cuyo ingrediente activo es la aspirina.Camino a la humanización
Pero sobre cómo el cerebro se modificó y cuáles fueron sus consecuencias te hablaré próximamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario