Cristina G. Pedraz/DICYT
Los fósiles de los distintos grupos de homínidos hallados en los yacimientos de la Sierra
de Atapuerca muestran un amplio abanico de enfermedades. Patologías
dentales, deformidades, infecciones o fracturas ofrecen mucha más
información de lo que parece, según la responsable del Grupo de
Antropología Dental del CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre
la Evolución Humana) de Burgos María Martinón
Torres. “A través de las patologías podemos conocer el comportamiento
de un grupo”, subraya la experta, quien imparte hoy la primera de las
conferencias del ciclo Charlando con los Investigadores en el Museo de la Evolución Humana.
Con el título La Sima, Elefante y Gran Dolina: el bueno, el feo y el malo de Atapuerca,
la investigadora hará un guiño al famoso western de Sergio Leone rodado
en la provincia de Burgos con nuevos protagonistas hallados en los
yacimientos. “El bueno”, o en este caso “los buenos”, son los homínidos
de la Sima de los Huesos. “En la Sima
de los Huesos se ha encontrado una población de cerca de 500.000 años,
la más completa que existe para el Pleistoceno Medio, relacionada con el
origen de los neandertales, que supone la evidencia más antigua de
enterramiento de toda la Humanidad. Se
trata de la primera acumulación intencional de cadáveres por parte de
otros individuos de su población, lo que transmite ese respeto hacia los
muertos”.
La Sima
de los Huesos aporta una excepcional colección de individuos que
proporcionan mucha información. “Se han registrado patologías de diversa
naturaleza y gracias a ellas sabemos que no sólo enterraban a los
muertos, sino que también cuidaban a sus mayores. Tenemos fósiles de
individuos de edad avanzada con patologías que, sin ese cuidado, no
hubieran sobrevivido. Es el caso de Miguelón, el cráneo 5, uno de los
individuos de más edad que se ha encontrado en la Sima
de los Huesos, que tuvo una patología oral muy severa y prolongada en
el tiempo y que a pesar de ello estaba en esta población; o de la pelvis
de Elvis, un individuo con grandes deformidades de postura, con muchos
dolores y de edad muy avanzada que también sobrevivió en esta
población”, detalla a DiCYT Martinón.
Además de a los mayores, “el bueno” de Atapuerca cuidaba a los niños.
“Tenemos ejemplos emblemáticos como la benjamina, un fósil de una niña
con una deformidad craneal importante y probablemente con cierta
discapacidad mental que también estuvo en este grupo hasta los 6 años”,
recuerda.
“El feo” de esta particular película, continúa la investigadora, es el individuo de la mandíbula hallada en la Sima
del Elefante, de 1’2 millones de años de antigüedad. “Es uno de los
fósiles más antiguos hallados en Europa y tiene un gran muestrario de
patologías dentales, abscesos, infecciones, hipercementosis… Ésta última
hace que la propia raíz del diente produzca más cemento, que es el
tejido que forma la raíz, lo que le otorga un aspecto alterado, más
engrosado. Es una población que ha tenido un tipo de utilización de los
dientes con un desgaste muy agresivo. Tiene un plano de mordida anómalo,
con los dientes completamente inclinados hacia fuera, un tipo de boca
no muy bonita estéticamente”, detalla.
El homínido caníbal
Por último, “el malo” es el Homo antecessor hallado en el nivel TD6 de la Gran Dolina.
“No hay malo más clásico en los cuentos y en la literatura que el que
se come a los niños. Aquí tenemos una de las evidencias más antiguas y
mejor documentadas de canibalismo en la Humanidad,
una población de muchos niños y sujetos jóvenes con marcas claras de
haber sido canibalizados”. Asimismo, agrega la investigadora, como en
muchas películas “el malo” es también el personaje más atractivo. “Los
últimos estudios realizados sobre Homo antecessor han ratificado que
tenía ya una cara moderna”.
Los fósiles de un millón de años de antigüedad encontrados en la Gran Dolina
suponen una ventana a un periodo fundamental de la evolución humana, la
transición a la modernidad. “En torno a un millón de años se dieron una
serie de cambios cruciales hacia la modernidad, no solo ya en el
aspecto de la cara, sino en otros aspectos biológicos que preceden al
origen de sapiens y neandertales, como un aumento importante de la
capacidad craneal y otras características modernas. El nivel TD6 de la Gran Dolina es la ventana más completa para asomarse a un periodo fundamental en la evolución”, concluye la investigadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario