Una
reciente investigación ha examinado las células de la cresta neural –una
estructura embrionaria de los vertebrados formada por células
migratorias que generan las células del sistema nervioso periférico y
otros tipos de células del sistema cardiovascular– y las células
pigmentarias de la piel y gran parte del tejido conectivo de la cabeza,
los huesos y los cartílagos, y se ha observado que, durante su
desarrollo, las células de la cresta neural ‘persiguen’ a otros tipos de
células, las de las placodas –láminas que forman los órganos
sensoriales–, que huyen cuando están a punto de ser alcanzadas. Esta
persecución da lugar a un movimiento direccional y coordinado necesario
para el correcto desarrollo embrionario.
La ‘persecución’ se produce en presencia de una proteína de señalización, la Sdf1, mientras que la ‘huida’ la provoca otra proteína, la N-cadherina, de tal manera que las células de la cresta neural persiguen, pero nunca alcanzan, las células de las placodas.
Los resultados de la investigación aportan nuevos datos sobre el proceso de la migración celular, esencial en el desarrollo y la regeneración de tejidos. Para los autores, entender mejor el funcionamiento de la migración celular permitiría conocer mejor los mecanismos por los cuales las células cancerosas invaden los tejidos vecinos.
La ‘persecución’ se produce en presencia de una proteína de señalización, la Sdf1, mientras que la ‘huida’ la provoca otra proteína, la N-cadherina, de tal manera que las células de la cresta neural persiguen, pero nunca alcanzan, las células de las placodas.
Los resultados de la investigación aportan nuevos datos sobre el proceso de la migración celular, esencial en el desarrollo y la regeneración de tejidos. Para los autores, entender mejor el funcionamiento de la migración celular permitiría conocer mejor los mecanismos por los cuales las células cancerosas invaden los tejidos vecinos.
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