martes, 20 de septiembre de 2011

Ventajas de que niños y niñas de diferentes edades jueguen juntos

Aunque, obviamente, una diferencia demasiado grande de edad puede significar intereses distintos a la hora de jugar, y el dejar juntos a niños de distinta edad puede facilitar a los niños matones más crecidos sus malas acciones, existen efectos positivos de la interacción entre niños de diferentes edades a través de los juegos, según las conclusiones de un nuevo estudio.

El psicólogo Peter Gray, profesor en el Boston College, Estados Unidos, investiga desde hace tiempo la psicología del juego infantil. Recientemente, ha presentado en un número especial de la revista académica American Journal of Play, sus conclusiones sobre los efectos positivos de que niños y niñas de diferentes edades jueguen entre sí.

Gray argumenta que la costumbre moderna de separar por edades a los niños y niñas, formando grupos en los que todos los miembros tienen la misma edad, una práctica común en las aulas y patios de recreo de los colegios actuales, podría no ser del todo ideal para optimizar el desarrollo intelectual infantil.

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Peter Gray. (Foto: Boston C.)
Gray se basa en que cuando juegan juntos niños y niñas de edades diferentes, en condiciones aceptables, los participantes de más edad sirven de puntal para elevar el nivel de complejidad de las actividades que realizan los de menos edad, de tal modo que ese grado más sofisticado de juego les hace ejercitar a los pequeños sus habilidades cognitivas mucho más que si jugasen sólo con los de su misma edad. En estudios anteriores, se ha verificado un fenómeno bien conocido por la sabiduría popular y por la experiencia de mucha gente con hermanos de edades distintas: Los compañeros de juego de más edad exponen a los más jóvenes a conceptos más complejos de lenguaje, matemáticas, sociabilidad y otras áreas. Y, por otra parte, como muchos hermanos y hermanas mayores podrán reconocer, al interactuar en sus juegos con niños más pequeños, ejercitan sus capacidades de liderazgo, crianza, y docencia.

Tal como señala Gray, desde una perspectiva evolutiva, la situación natural para un niño que juega con otros es que sus compañeros de juegos sean de varias edades. Nuestros ancestros humanos y homínidos muy probablemente vivían en grupos pequeños, lo que hacía infrecuente que un niño pudiera jugar con otros de su misma edad, y habitual que sus compañeros de juego disponibles fuesen de varias edades.

En busca de la célula primigenia

El requisito más importante para que surja la vida es la existencia de un compartimiento cerrado, y la materialización de este concepto en la vida actual es la membrana celular.

La célula es una máquina muy compleja y evolucionada, y los registros fósiles más antiguos, que datan de varios miles de millones de años atrás, muestran organismos con estructuras que no son muy diferentes de las versiones modernas. Por lógica, estas sofisticadas estructuras celulares tuvieron que evolucionar a partir de un progenitor menos complejo, pero la falta de evidencia fósil de esa "célula primigenia" o protocélula representa el más importante eslabón perdido de la evolución de la vida.

El profesor Stephen Mann y sus colegas de la Escuela de Química de la Universidad de Bristol han abordado ahora este enigma recurriendo al diseño de un sistema químico que espontáneamente se organiza en microgotas que contienen agua, y que además albergan la molécula generadora de energía celular, el trifosfato de adenosina (ATP), y un polímero corto de lisina, un aminoácido natural.

Se trata de un sistema químico que quizá represente el modelo de protocélula más simple en la posible historia de la formación de células en un pasado remoto de la Tierra.

Además de señalar caminos factibles de la organización prebiótica antes de que apareciera la compartimentación basada en lípidos en las células de la Tierra arcaica, estas microgotas preparadas en la investigación pueden ser consideradas como un nuevo tipo de modelo de protocélula que podría ser usado para desarrollar biorreactores revolucionarios, e incluso células primitivas artificiales.

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Gotas de agua con péptidos y ATP. (Foto: U. Bristol)