miércoles, 2 de febrero de 2011

Infidelidad

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Los hombres tienen dos veces más probabilidades de seguir saliendo con una novia que les ha engañado con otra mujer que con una que les ha engañado con otro hombre, según un estudio publicado en la revista Personality and Individual Differences.
Sin embargo, las mujeres muestran el patrón opuesto. Según el autor principal del estudio, la psicóloga de la Universidad de Texas Jaime C. Confer, es más probable que las mujeres sigan saliendo con un hombre que ha tenido una relación heterosexual que con uno que ha tenido una relación homosexual.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de Confer pidió a 700 estudiantes universitarios que imaginaran que estaban en una relación comprometida romántica y sexual con alguien con quien estuvieran saliendo durante tres meses. Posteriormente, se les preguntó cómo responderían a la infidelidad cometida en los supuestos planteados.
En concreto, los voluntarios varones demostraron una probabilidad del 50 por ciento de continuar con una pareja que ha tenido una relación homosexual y una probabilidad del 22 por ciento de permanecer con una mujer después de una relación heterosexual. Por su parte, las mujeres encuestadas demostraron una probabilidad del 28 por ciento de continuar con un novio que tuviera una relación heterosexual y una probabilidad del 21 por ciento de quedarse con alguien que haya tenido una relación homosexual.
El estudio, según sus responsables, proporciona una nueva comprensión de las adaptaciones psicológicas que subyacen en el deseo de los hombres de tener una variedad de compañeras y en el deseo de las mujeres de tener un compañero comprometido. Estos comportamientos han jugado un papel clave en la evolución de los aspectos psicológicos de las relaciones sexuales humanas.
Según Confer, los celos se activan de manera intensa en los hombres y las mujeres por diferentes tipos de señales. En el caso de los hombres, por estímulos que amenazan su paternidad, y en el caso de las mujeres, por estímulos que amenazan su abandono.

lunes, 31 de enero de 2011

Los bebés saben quien manda.

Psicólogos de la Universidad de Harvard, la Universidad de California y la Universidad de Copenhague han descubierto que los niños menores de un año tienen noción de la jerarquía social y consideran que el más fuerte y más grande es quien manda, de acuerdo con un artículo publicado hoy en la revista Science.

Para llegar a esta conclusión, la psicóloga Lotte Thomsen y sus colegas  han analizado cómo los niños relacionan el tamaño con el poder, una correlación omnipresente en todas las culturas humanas y también en el reino animal. "Los reyes y jefes se sientan tradicionalmente en tronos grandes, elevados, llevan coronas elaboradas o ropas que les hacen parecer más grandes de lo que realmente son, y sus subordinados se arrodillan para mostrar respeto ante estos seres humanos superiores", señaló Thomsen. Además, muchos animales, como pájaros y gatos, se "hinchan" para parecer físicamente mayores ante un adversario y se postran para demostrar sumisión. "Nuestro trabajo sugiere que incluso con la socialización limitada pre-verbal de los bebés humanos, pueden comprender tales exhibiciones", indicó.

En sus experimentos, los investigadores estudiaron las reacciones de los niños de entre 8 y 16 meses al ver cómo interactuaban los personajes de dibujos animados de diferentes tamaños. Los investigadores mostraron vídeos a los bebés en el que aparecían dos bloques de diferente tamaño, con ojos y boca, que avanzan en diferentes direcciones. A continuación, los bloques se encontraban en el centro de la pantalla, y en un caso el grande impedía el paso al pequeño y éste tenía que ceder y dar un rodeo para pasar, mientras que en otro sucedía a la inversa.

Dado que los niños tan pequeños tienden a prestar más atención cuando las situaciones les sorprenden, los psicólogos decidieron analizar su reacción midiendo el tiempo que prestaron atención a la pantalla. Y observaron que los niños prestaron más atención cuando el bloque grande cedió ante el pequeño, la media fue de 20 segundos, frente a los 12 segundos en el caso en el que el grande impedía el paso al pequeño. En otras palabras, incluso los bebés entienden que ser grande y musculoso es muy útil durante un conflicto y se sorprenden cuando no ocurre así.

"Los estudios que presentamos son los primeros en mostrar que los niños pequeños pueden entender los eventos donde los agentes tienen objetivos en conflicto y tienen maneras de predecir cuál de los dos prevalecerá", explica Susan Carey, coautora y profesora de psicología en Harvard.

Elena Sanz
28/01/2011

El genóma orangutan y nosotros

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Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha secuenciado el ADN del orangután de Sumatra (Pongo abelii). La secuenciación posterior de otros cinco orangutanes de Sumatra y cinco de Borneo (Pongo pygmaeus) ha permitido arrojar luz sobre la evolución de los grandes simios y demuestra la gran diversidad genética de estas especies.

El orangután medio es más diverso (desde el punto de vista genético) que el humano medio”, concluye Devin Locke, autor principal del estudio que publica Nature y genetista evolutivo en el Centro del Genoma de la Universidad Washington en Saint-Louis (EE UU).

Para la secuenciación se han catalogado alrededor de 13 millones de variaciones de ADN de orangután. De este modo los científicos han demostrado los orangutanes de Sumatra y los de Borneo se separaron hace unos 400.000 años, cuando los cálculos anteriores habían situado la división hace un millón de años. En la actualidad, solo hay unos 50.000 orangutanes de Borneo y unos 7.000 de Sumatra que sigan viviendo en estado salvaje.

El genoma del orangután aporta nuevos detalles a la evolución y proporciona nuevos conocimientos a los científicos sobre los aspectos únicos del ADN humano, que separan al hombre de los grandes simios. La investigación demuestra que el genoma humano y el del orangután son idénticos en un 97%. El chimpancé y los humanos comparten el 99% de sus genes porque se separaron evolutivamente hace 6 millones de años, mientras que el orangután y los humanos se separaron mucho antes, hace 14 millones de años.

Una especie en peligro

En malayo, orangután significa "hombre del bosque". Los estudios de los orangutanes son importantes porque estos primates están sometidos a una intensa presión ecológica. El número de ejemplares sigue reduciéndose a medida que los humanos invaden su hábitat. “Los orangutanes pasan más del 95% de su tiempo en los árboles. Viajan por los árboles, viven en los árboles y buscan comida en los árboles. Pero, ni toda la diversidad genética del mundo puede salvarlos en estado salvaje si su hábitat se destruye”, explica Locke. Entre los grandes simios, los orangutanes son los primos más lejanos de los humanos.