Un estudio pone en entredicho la efectividad de las aplicaciones de lectura rápida para móviles.
Psychological Science
Volver a leer un texto es esencial para su comprensión.
Cuando uno lee a un ritmo natural, sus ojos se mueven de un lado a otro a lo largo de una frase, en lugar de ir directo hasta su final. En cambio, las aplicaciones móviles como Spritz o Speed Read están diseñadas a partir de la idea de que estos movimientos oculares, llamados sacádicos, representan una pérdida de tiempo. Es más eficiente, según sus desarrolladores, presentar al lector las palabras de una en una en un punto fijo de la pantalla; ello le desanima a realizar dichos movimientos del ojo y, al propio tiempo, le ayuda a terminar de «consumir» el texto de una manera más rápida. Este método, llamado Presentación Visual Serial Rápida (PVSR), ha sido motivo de controversia desde los años 80, cuando ciertos ensayos demostraron una disminución en la comprensión del lector, aunque los investigadores no entendían el porqué.
Tras la aparición en el mercado de productos de lectura rápida para móviles, tres psicólogos de la Universidad de California en San Diego decidieron profundizar un poco más en su funcionamiento y descubrieron, finalmente, el fallo del método PVSR: según sus resultados, el lector necesita, de vez en cuando, volver atrás y leer de nuevo una frase para mejorar su comprensión del texto.
Los investigadores llegaron a estas conclusiones tras someter una muestra de 40 estudiantes universitarios a una prueba de lectura de un texto con frases ambiguas e interrumpidas («Mientras el hombre bebió el agua que desbordaba de un inodoro y que era limpia y fría»), a la vez que una cámara de rastreo ocular les seguía la mirada. Tras un descanso, los investigadores repitieron el ejercicio, pero esta vez borraron las palabras que los participantes ya habían leído, lo que les impedía volver a leerlas («xxxxx xxx xxx bebió el agua ...»).
Según publicaron en la revista Psychological Science, el nivel de comprensión se redujo en alrededor de un 25 por ciento en los ensayos que impedían la relectura del texto. Además, registraron aproximadamente la misma disminución cuando los sujetos podían volver a leer partes de una frase, pero no lo hacían. Estos resultados no fueron tampoco muy diferentes cuando utilizaron frases menos confusas («Mientras el hombre dormía, el agua ...»).
En sus conclusiones, los responsables del estudio afirman que el hecho de volver a leer un texto no representa una pérdida de tiempo, sino que es esencial para su comprensión.
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