jueves, 3 de noviembre de 2011

La edad de la empatía (Frans de Waal)

El altruismo en animales y personas es un fenómeno que ha sorprendido desde siempre a los científicos. Cuidar de los congéneres, incluso poniendo en peligro nuestra propia vida, parece ir en contra del sentido común. Si de lo que se trata es de transferir nuestros genes a futuras generaciones, ¿por qué arriesgar ese objetivo facilitando que puedan hacerlo otros y no nosotros?

Lo cierto es que, más allá de esos casos excepcionales en los que efectivamente el altruismo escapa a toda lógica, en el resto de situaciones, este comportamiento es en realidad muy conveniente, y de hecho, ayuda a que la especie se desarrolle mejor y garantice su supervivencia. La empatía que sentimos por otros seres vivos forma parte esencial en el camino del éxito para nuestro desarrollo, y nos proporciona una ventaja palpable  ante otras especies que no actúan de este modo.

Frans de Waal es un biólogo de los Países Bajos que se ha especializado en la psicología social de los primates. Considerado una de las 100 personalidades más influyentes del mundo, el científico autor del aclamado “El mono que llevamos dentro” se adentra en este libro en el estudio del altruismo y la empatía en el ser humano y en otros animales.

Los dos rasgos, según de Waal, ya se encuentran en nuestros parientes más próximos (además de en delfines y elefantes, por ejemplo), de modo que se trata de características de comportamiento que hemos heredado de nuestros antepasados homínidos. Tanto es así que, durante la larga historia de nuestra evolución, deben haber jugado un papel importante en la consolidación de nuestra especie.

El autor, en “La edad de la empatía”, trata de rastrear los orígenes de estas aparentes virtudes, y acaba contradiciendo a aquellos que consideraban al Hombre como a un ser egoísta y poco desprendido con sus semejantes. La conclusión final es que el altruismo y la empatía forman parte indeleble de la lista de rasgos que nos hacen humanos, y que no seríamos lo mismo sin ellos.

Eso no quiere decir que otras especies no los presenten. De hecho, los zoólogos y naturalistas han presenciado notables episodios de comportamiento altruista en algunos animales, y no precisamente relacionados con un elevado nivel de inteligencia, lo que sugiere que estamos ante algo destacado en la evolución. En el caso del ser humano, no sería pues algo que debamos aprender primero, sino algo que somos por naturaleza.

Frans de Waal, hábil contador de historias y un divulgador de primer orden, nos regala en su obra con un rico anecdotario, siempre ofreciendo un lenguaje sencillo y perfectamente comprensible para el lector. El libro, que agradará a los interesados por la psicología y la biología en general, se cierra con un gran número de notas y de recomendaciones bibliográficas.