Los seres humanos sobrepasamos con mucho a los ordenadores en nuestra habilidad para reconocer rostros y otros objetos, procesando con facilidad variaciones en tamaño, color, orientación, condiciones de iluminación, y otros factores. Pero no se sabe de manera detallada cómo nuestros cerebros llevan a cabo este procesamiento visual. Ahora, unos investigadores del Hospital Pediátrico de Boston, aprovechando la "cartografía" cerebral obtenida de pacientes a punto de ser sometidos a cirugía por epilepsia, demuestran por primera vez que el cerebro, en un estado de procesamiento muy temprano, puede reconocer objetos con notable rapidez y bajo diversas condiciones.
La información visual fluye desde la retina del ojo por una serie de áreas visuales cerebrales organizadas de manera jerárquica, y alcanza finalmente el lóbulo temporal.
El lóbulo temporal, que es el responsable final de nuestra capacidad de reconocimiento visual y nuestras percepciones visuales, también emite señales de "respuesta" a áreas de procesamiento envueltas en las fases previas del proceso. Este intercambio de señales aumenta la eficiencia de la percepción visual.
Lo que no ha quedado del todo claro es la contribución relativa de estas transmisiones "hacia delante" y "hacia atrás", tal como señala Gabriel Kreiman, del Departamento de Oftalmología del citado hospital. Algunos piensan que si falta esta realimentación, desaparece la visión. Pero los autores del nuevo estudio han mostrado que hay una ola inicial de actividad capaz de dar una impresión inicial rápida y que resulta bastante potente.
Aunque las señales de respuesta de áreas superiores del cerebro pueden darse más adelante y resultan a menudo importantes, el procesamiento ultraveloz tendría ventaja evolutiva en situaciones críticas, como la del encuentro con un depredador.
Kreiman vislumbra el uso de los algoritmos de visión descubiertos en los humanos para enseñar a los ordenadores a ver como las personas, de manera que puedan ayudar en tareas que normalmente sólo realizan humanos, como por ejemplo ayudar a los conductores a evitar accidentes con peatones difíciles de ver, analizar cientos de muestras de tumor en busca de posible malignidad, o detectar terroristas en aeropuertos.
Una aplicación más futurista sería el diseño de interfaces cerebro-ordenador que permitirían a las personas con deterioro visual tener al menos una percepción visual parcial.
Hospital Pediátrico de Boston
No hay comentarios:
Publicar un comentario