Un nuevo estudio realizado por el equipo de Nina Kraus, directora del Laboratorio de Neurociencia Auditiva de la Universidad del Noroeste, EE.UU., es el primero en demostrar una relación inequívoca entre la habilidad de lectura y la codificación neuronal de los sonidos del habla que en investigaciones previas se ha comprobado que presentan retos fonológicos en las personas que, pese a no tener problemas visuales ni una insuficiente alfabetización, experimentan dificultades para leer.
El nuevo estudio de la Universidad del Noroeste, así como gran parte de las investigaciones que se llevan a cabo en el laboratorio de Kraus, se centran en lo que ocurre en el tallo cerebral, una parte evolutivamente antigua del cerebro, de la que los científicos no hace mucho tiempo creían que se limitaba a transmitir la información sensorial del oído a la corteza cerebral. Por eso, gran parte de las investigaciones anteriores relativas a los errores de trascripción del cerebro que conducían a una capacidad deficiente de lectura se habían enfocado hacia la corteza, asociada a funciones de alto nivel y al procesamiento cognitivo.
Tal como se ha comprobado, la respuesta del tallo cerebral concuerda con lo que hace el cerebro basándose en nuestra experiencia auditiva durante nuestras vidas, pero especialmente durante el desarrollo. La manera en que el cerebro responde al sonido reflejará qué idioma habla usted, si usted ha tenido experiencia como músico y en definitiva cómo usted ha usado los sonidos.
Una interpretación cerebral defectuosa e inconsciente de los sonidos marca una gran diferencia en cómo las palabras serán leídas. “Lo que su oído escucha, y lo que su cerebro interpreta, no son la misma cosa”, advierte Kraus.
Además, los mismos procesos de trascripción que son deficientes en personas con los citados problemas para leer, resultan potenciados en las personas con experiencia como músicos. Por tanto, tal como Kraus señala, parece buena idea que los programas de entrenamiento para personas con dificultades al leer, incluyan no sólo los sonidos del habla, también la música.
Scitech News
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