Según exponen Jill Pruetz y sus colegas en la revista American Journal of Physical Anthropology, sus observaciones en plena selva de Senegal durante 2006 revelaron que, ante un incendio, los chimpancés actúan con calma, no muestran síntomas de estrés o pánico, y se concentran en predecir de qué forma se propagará, para actuar en consecuencia. "Era el final de la temporada seca, de modo que el fuego iba muy rápido y quemaba los árboles", relata Pruetz. "En cambio, los primates estaban muy tranquilos al respecto", añade, al tiempo que reconoce que estos animales eran mejores que ella a la hora de llevar la situación con calma.
Según Pruetz, el control del fuego por los seres humanos implica tres fases: la conceptualización del fuego y de las condiciones que le afectan para predecir su movimiento; la habilidad para controlarlo y alimentarlo o hacer que se apague, y la capacidad para iniciar una "hoguera". De momento Pruetz solo ha podido demostrar el primer paso en chimpancés, aunque sospecha que conceptualmente estos animales también son capaces de apagarlo. “Lo que de momento veo difícil es que hagan fuego, porque son menos hábiles que nosotros”, añade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario