jueves, 6 de diciembre de 2012

Excremento prehistórico permite rastrear la evolución del ser humano

Científicos de la Universidad de Massachusetts utilizan residuos de heces fecales para estudiar los movimientos de los ancestros del ser humano, por ejemplo de poblaciones de hace 7300 años, en latitudes tan altas como el círculo Ártico de Noruega, en las islas Lofoten.
Antes, los marcadores para rastrear la actividad humana habían sido los restos de carbón de las primeras fogatas, o el polen de las plantas que cultivaban. Afortunadamente, encontraron que los componentes del excremento emiten una señal muy fuerte.
Descubrieron que el coprostanol, un producto de la digestión del colesterol en el sistema humano, es un marcador increíblemente certero. Por ejemplo, encontraron una relación con los cambios climáticos de esas épocas, entre los años 2,040 y 1,900  a.C, y después alrededor del año 1705 a.C, cuando hubo un declive en la actividad humana y en su población.
“Esta área se encuentra en el límite norte de posibilidades de agricultura. Las más ligeras variaciones en las temperaturas de las estaciones afectarían enormemente a las poblaciones”, dice el investigador Robert D’Anjou.
Por otro lado, cuando hubo tiempos de prosperidad, “encontramos un punto alto de residuos fecales, justo cuando hubo un aumento dramático de fuegos en el área, asociados con la agricultura de tala y quema”, afirma D’Anjou
Se espera que éste método se utilice para complementar la información que no se tiene segura sobre la actividad humana. “Es sólo otra cosa que deja huella en el medio ambiente”, dice D’Anjou, “y las cosas buenas pueden venir de los lugares más inesperados”.
[BBC]

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