lunes, 15 de abril de 2013

Nuestro ancestro más cercano volvió a trepar a los árboles


Hace dos millones de años los humanos evolucionaron a partir de australopitécidos de cerebro pequeño. Uno de ellos, Australopitecus sediba, es el que más se parece al género Homo
Colin Barras (Trad. J. Méndez)  |  Human Evolution / Science
Nuestro más cercano antepasado no-humano vivió en el sur de África. Esa es la conclusión de una serie de estudios llevados a cabo sobre dos extraños esqueletos descubiertos cerca de Johannesburgo (Sudáfrica) en 2008. Ambos descubrimientos son un ‘mojón’ que se interpone entre los australopitécidos simiescos y los primeros miembros de nuestro propio género.
El origen de las especies sigue siendo sorprendentemente oscuro. Pero los dos esqueletos, de manera inusual, sugieren que nuestros antepasados volvieron a los árboles después de haber evolucionado para caminar sobre el suelo.
Hace dos millones de años que los primeros humanos evolucionaron de australopitécidos de cerebros pequeños. Las especies que dieron origen a la humanidad nunca se han encontrado, pero parece que el Australopithecus sediba, descubierto en 2008, estuvo estrechamente relacionado con ellas.
Un nuevo conjunto de estudios confirma que A. sediba tenía una extraña combinación de australopitécido antiguo y características modernas del Homo, por lo que es posible que los fósiles sean una "forma ideal ancestral del género Homo", según Peter Schmid de la Universidad de Zurich.
Su estudio de la caja torácica de A. sediba, junto con otros de la columna vertebral, parte inferior del cuerpo y los dientes, revelan que A. sediba es el más parecido a los humanos de todos los australopitécidos.
Una cintura muy humana
Una evidencia es que el A. sediba tenía el mismo número de vértebras que las especies Homo, a diferencia de otros australopitécidos. Las costillas inferiores estrechan la caja torácica para formar una cintura similar a la humana. Otros australopitécidos carecían de una cintura, por lo que la cintura de A. sediba acomodó sus músculos abdominales para hacer que caminar sea más eficiente.
Sus dientes también son muy parecidos a los humanos. Sus colmillos son pequeños, como los de los humanos modernos, lo que los diferencia de los caninos grandes y prominentes de otros australopitécidos
    Semejanzas y Diferencias   
Así se movían y caminaban
1  Las manos son muy parecidas a las humanas, lo mismo que la cintura y el tórax.
2   Caminaba con pasos cortos; rotaba pies, rodillas y cadera hacia adentro.
3  Pese a que es el más parecido al humano, sus brazos indican que se sentía más cómodo en los árboles.
4   El Australopitecus afarensis (Lucy) surgió hace 3,9 millones de años. A. sediba no evolucionó de él.



Recreación del paleoartista John Gurche. En el momento de su muerte, A. sediba tenía un poco más de 13 años de edad

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