Los genomas muestran que hubo hibridación durante cuatro millones de años.
- Toda familia tiene enredos en su pasado. De eso no cabe ninguna duda. Pero el que hoy describe un grupo de investigadores del Broad Institute y de la Universidad de Harvard, de Boston, supera todo lo imaginable: según un trabajo que publica la revista Nature, nuestros ancestros y los chimpancés se habrían cruzado repetidamente después de una divergencia inicial durante un extenso período de cuatro millones de años.
Los científicos siguieron las huellas de esta sorprendente y compleja historia evolutiva grabadas en los genes. Compararon los genomas de humanos, chimpancés y gorilas utilizando un "reloj molecular" para calcular cuánto hace que divergieron. Se considera que cuanto más tiempo haya pasado de la separación mayores serán las diferencias entre los genes.
Lo que hallaron es sorprendente. En algunos tramos de la secuencia de ADN, la diferencia genética entre ambas especies es grande, lo que indica que esos genes deben de estar aislados unos de otros desde hace casi 10 millones de años. Pero en otros tramos se aproximan tanto que da la impresión de que ambas especies seguían intercambiando material genético hace 6,3 millones de años.
"Lo que esto nos dice es que la especiación de humanos y chimpancés fue muy extraña", dijo Eric Lander, uno de los autores del trabajo, a AP. Según los científicos, una especie ancestral de primates se habría dividido en dos poblaciones aisladas hace unos 10 millones de años, pero habría vuelto a reunirse algunos milenios después. En ese momento, los dos grupos, aunque genéticamente algo distintos, se habrían apareado para dar lugar a una tercera población híbrida en un largo proceso que habría durado millones de años.
Los nuevos hallazgos sugieren, además, que la divergencia habría sido unos dos millones de años después de lo que se creía, hace entre 6,5 y 5,4 millones de años.
"Una especie es un conjunto de individuos que además de parecerse morfológicamente tienen libre flujo genético; es decir, que son capaces de dar descendencia fértil -explica el doctor Alberto Kornblihtt, director del Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA-. Todos los humanos pertenecemos a la misma especie; sin embargo, los caballos y los asnos, por ejemplo, pertenecen a especies diferentes, porque si bien pueden dar descendencia, las mulas, éstas son estériles. Muchas veces la especiación no ocurre de forma abrupta, sino que aparecen poblaciones que si bien están diferenciadas morfológica y genéticamente de sus ancestros, durante un tiempo pueden cruzarse (hibridarse) y dar descendencia fértil con ellos. Este trabajo demuestra, a través de la comparación de los genomas humano y de chimpancé, hoy totalmente secuenciados, que la separación entre nuestros ancestros homínidos y los chimpancés ocurrió hace unos 5,5 millones de años, mucho más recientemente de lo que se pensaba. Pero lo más interesante es que esa separación fue la finalización de un proceso que duró aproximadamente 4 millones de años, durante los cuales los futuros homínidos podían todavía hibridarse y dar descendencia fértil con los chimpancés. Este sorprendente hallazgo surge de comprobar que algunos cromosomas humanos, como el X, son mucho más jóvenes, es decir que se parecen más a los equivalentes del chimpancé, que otros."
Según el investigador, aunque a veces las conclusiones que ofrece el "reloj molecular" pueden ser cuestionables, lo que queda en claro a partir de este estudio es que hay regiones del genoma que divergieron antes que otras.
"Es muy extraño. A mí me resulta asombroso -exclama del otro lado del teléfono el doctor Héctor Pucciarelli, antropólogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata-. Los genetistas tal vez estén más acostumbrados..."
Según el especialista, mínimas divergencias en el nivel genético pueden haber producido diferencias funcionales enormes. "Sin embargo -aclara-, los cálculos que hace la genética no se condicen con los que hace la paleontología, porque el que hasta ahora se creía que estaba en el centro de la divergencia entre humanos y chimpancés, Toumaï ( Sahelantropus ), tiene seis millones de años de antigüedad, que según este trabajo sería anterior al momento de divergencia. Por otro lado, la especiación indicaría que está excluida toda posibilidad de hibridación; sin embargo, ellos hablan de una especiación inicial seguida de una regresión durante la cual ambas especies pudieron seguir hibridándose de forma más o menos ocasional, de tal manera que habría algo así como «retornos» evolutivos. Es la primera vez que lo escucho, porque se considera que los procesos de especiación son más o menos unilineales..."
Sin duda, estos hallazgos vuelven a otorgar respaldo experimental a las teorías de Darwin. Explica Kornblihtt: "Entre el ancestro común y el chimpancé y hombre actuales, hubo muchas especies de homínidos que se extinguieron. La única que sobrevivió es el Homo sapiens sapiens" . Y enseguida bromea: "El hombre no desciende del mono; el hombre es un mono, un mono africano".
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