Lunes, 09 de Noviembre de 2009 10:02
En asuntos de religión, los creyentes y los no creyentes parecen pensar muy distinto. Pero en el ámbito exclusivamente cerebral, ¿existen diferencias entre creer en Dios, creer que el Sol es una estrella, o creer que el 4 es un número par?
Pese al amplio impacto histórico de la fe religiosa, se sabe muy poco de su relación cerebral con las creencias en cosas más materiales. Y tampoco ha estado claro si los sujetos con convicciones religiosas difieren de los no creyentes en su forma de evaluar afirmaciones o hechos.
En el primer estudio de neuroimaginología en el que se comparan sistemáticamente la fe religiosa con el conocimiento ordinario, unos investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad del Sur de California, han descubierto que aunque el cerebro humano responde de maneras muy diferentes ante declaraciones religiosas y no religiosas, el proceso de creer o no en una afirmación, sea religiosa o no, parece ser controlado por las mismas áreas cerebrales.
El estudio también desvela que los creyentes cristianos y los no creyentes utilizan las mismas regiones cerebrales para juzgar la veracidad de declaraciones religiosas o de otros temas. Los resultados de esta investigación podrían representar un avance importante en la psicología de la religión.
Los autores principales del estudio son Sam Harris (UCLA) y Jonas Kaplan (Universidad del Sur de California).
En el estudio se examinó a 30 adultos (15 cristianos devotos y 15 no creyentes), quienes fueron sometidos a 3 escaneos mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI), mientras evaluaban afirmaciones religiosas o no religiosas y las clasificaban como “ciertas” o “falsas”. Los afirmaciones fueron elaboradas de manera que llevaran a un acuerdo casi perfecto entre los dos grupos durante las valoraciones de declaraciones no religiosas (por ejemplo, “las águilas existen”); y a un desacuerdo casi perfecto durante las valoraciones de afirmaciones religiosas (por ejemplo, “los ángeles existen”).
Una región cerebral conocida como la corteza prefrontal ventromedial, mostró una mayor actividad cuando los individuos creían en dogmas religiosos, incluyendo el nacimiento de Jesucristo sin que la Virgen María perdiera su virginidad. También mostró mayor actividad cuando los sujetos creían en la veracidad de afirmaciones sobre hechos ordinarios.
Aunque las afirmaciones sobre religión aceptadas por los creyentes fueron rechazadas por los no creyentes, y viceversa, los cerebros de ambos mostraron los mismos patrones de actividad al creer verdadero algo y al creerlo falso.
El resultado de una comparación de todas las afirmaciones religiosas con todas las de temas cotidianos sugiere que los pensamientos religiosos están más asociados con las regiones cerebrales que controlan las emociones, la autorrepresentación y el conflicto cognitivo, tanto en creyentes como en no creyentes, mientras que los pensamientos sobre hechos ordinarios se basan más en las redes de evocación de recuerdos.
Scitech News
No hay comentarios:
Publicar un comentario