Una nueva investigación sugiere que ciertos sucesos ocurridos en siglos recientes tienen un impacto sustancial sobre los patrones de la diversidad genética en el suroeste de Europa. El estudio muestra que los patrones geográficos de ascendencia de la población parecen estar influenciados por las conversiones religiosas tanto de judíos como de musulmanes en la Península Ibérica.
La mayoría de los estudios sobre la diversidad genética europea se ha centrado sobre las variaciones a gran escala y las interpretaciones basadas en acontecimientos ocurridos durante la prehistoria, pero las emigraciones y las invasiones en épocas históricas pueden tener también efectos profundos sobre el "paisaje" genético.
El profesor Mark A. Jobling, del Departamento de Genética en la Universidad de Leicester, y sus colegas, realizaron un sofisticado análisis genético de 1.140 hombres de la Península Ibérica y de las Islas Baleares, centrándose en el cromosoma Y, el que es transmitido del padre al hijo.
Los investigadores encontraron un nivel remarcablemente alto de ascendencia judía sefardita (19,8 por ciento) y del norte de África (10,6 por ciento) en esta enorme muestra de cromosomas Y modernos. La Península Ibérica tiene un pasado reciente complejo, con la residencia durante largo tiempo de estas dos poblaciones con orígenes geográficos diferentes y características religiosas y culturales únicas.
La gran proporción de ancestros judíos sefarditas detectada no se ajusta a las expectativas que cabría esperar a partir de los registros históricos. Estas proporciones sugieren, según Jobling, un elevado nivel de conversión religiosa, ya fuese voluntaria o forzada, promovida por episodios históricos de intolerancia social y religiosa que condujeron finalmente a la integración de los descendientes dentro del grupo social dominante, ante lo poco conveniente de seguir fuera de tal grupo.
Adicionalmente, el linaje del norte de África en las poblaciones ibéricas exhibe una baja diversidad. La distribución geográfica de la ascendencia del norte de África en la península no refleja la colonización inicial y la posterior retirada. Es probable que fuera resultado de un movimiento poblacional posterior y forzado, que está más marcado en algunas regiones que en otras, según Jobling.
La investigación demuestra que tanto los episodios de inmigración desde Oriente Medio como desde el Norte de África, en los últimos dos milenios, y la introducción de nuevos tipos de cromosoma Y, eventos todos ellos impulsados por la conversión religiosa y los matrimonios mixtos, han tenido un gran impacto sobre las poblaciones modernas en España, Portugal y las Islas Baleares. Además, los hallazgos demuestran que la historia reciente debe ser tomada en consideración cuando se investiguen los impactos de los acontecimientos ocurridos durante la prehistoria temprana de Europa.
Scitech News
No hay comentarios:
Publicar un comentario