jueves, 22 de enero de 2009

Función del llanto

Todos hemos vivido alguna ocasión en que llorar nos ha servido para desahogarnos y sentirnos mejor. ¿Pero por qué es beneficioso llorar? Y, por otra parte, ¿realmente hay veces en que llorar pueda empeorar nuestro estado de ánimo en vez de mejorarlo? Los psicólogos Jonathan Rottenberg y Lauren M. Bylsma de la Universidad del Sur de Florida, junto con su colega Ad J.J.M. Vingerhoets de la Universidad de Tilburgo, han hecho algunos hallazgos interesantes sobre la psicología del llanto.

Estos psicólogos analizaron los testimonios detallados de más de 3.000 personas que experimentaron episodios recientes de llanto (fuera del laboratorio), y constataron que los efectos beneficiosos de llorar dependen de cuándo, dónde y por qué lo hace cada individuo en particular.

Los autores del estudio comprobaron que la mayoría de las personas que expusieron sus episodios recientes de llanto afirmaba haberse sentido mejor después de llorar. Sin embargo, un tercio de las personas informaba no haberse sentido mejor, y una décima parte aseveraba incluso haber experimentado un empeoramiento de su estado de ánimo después de llorar.

El análisis de los testimonios también reveló que las personas que al llorar recibieron apoyo social tenían mayores probabilidades de sentirse mejor después del llanto.

Las investigaciones realizadas hasta la fecha no han logrado establecer con claridad por qué llorar es beneficioso, pues, entre otras cosas, los resultados, a menudo, parecen depender de cómo se estudia el llanto. Por ejemplo, estudiarlo en directo y bajo condiciones de laboratorio entraña bastantes dificultades. Los voluntarios que acuden a un laboratorio para llorar y explicar cómo se sienten después, no suelen describir efectos positivos de la experiencia. En la mayoría de los casos, se sienten peor. Esto puede deberse a las condiciones estresantes inducidas por la propia investigación y el entorno del laboratorio, incluyendo por ejemplo ser filmados o contemplados mientras lloran. Esto a veces puede producir efectos negativos, como por ejemplo pasar vergüenza, que superan a los efectos beneficiosos usualmente producidos por el llanto.

Pese a todo, estos estudios realizados en laboratorios han generado datos detallados acerca de los efectos físicos del llanto. Llorar deja en el sujeto un efecto tranquilizante, que se traduce en una respiración más pausada, pero también acarrea experimentar una desagradable tensión nerviosa, que hace latir más deprisa el corazón y sudar más.

Sin embargo, el efecto relajante que el llanto tiene sobre el cuerpo suele durar más tiempo que la excitación desagradable. Ese efecto relajante puede surgir más tarde, neutralizando a la tensión nerviosa desatada al llorar, lo cual podría explicar por qué la gente tiende a recordar más la faceta beneficiosa del llanto.

La investigación realizada ha demostrado que los efectos del llanto también dependen de quién derrama las lágrimas. Por ejemplo, las personas con ansiedad o alteraciones del estado de ánimo son las que menos probabilidades tienen de experimentar los efectos positivos del llanto.

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