GRUPO DE NEURONAS ESENCIAL EN EL MECANISMO POR EL QUE DEJAMOS DE SENTIR MIEDO
El Instituto Nacional de Salud Mental en Estados Unidos estima que en el país, en un año dado, cerca de 40 millones de adultos (con 18 o más años de edad) sufrirán de alguna forma de ansiedad, incluyendo fobias, trastornos de ansiedad y estrés postraumático.
Allanando el camino hacia formas más efectivas de tratamiento para los problemas de ansiedad, en un estudio reciente, Denis Paré (de la Universidad Rutgers en Newark) ha identificado un componente crítico de la red neuronal de la amígdala, que suele intervenir en la extinción de los miedos asociados a recuerdos.
Investigaciones anteriores han revelado que en los animales y en los humanos, la amígdala está involucrada en la expresión de respuestas innatas de temor, como por ejemplo el miedo a las serpientes, junto con la formación de nuevos miedos asociados a recuerdos de experiencias, como por ejemplo al aprender, sobre la base de recuerdos anteriores, a sentir miedo ante el sonido de una sirena que predice un ataque aéreo.
Habitualmente, en los estudios sobre el miedo con ratas, un estímulo neutral, como un sonido que en sí mismo no tenga relevancia, produce una respuesta de temor en las ratas después de que lo hayan escuchado asociado a un estímulo desagradable. Sin embargo, esta respuesta condicionada de temor, va disminuyendo con la repetición del estímulo neutral en ausencia del estímulo doloroso.
La estrategia descrita para extinguir esa respuesta condicionada de temor presenta un enfoque similar al empleado para tratar las fobias humanas, en el cual se enfrenta al paciente con el objeto temido, en ausencia del peligro.
Los estudios sobre ese comportamiento han demostrado, sin embargo, que el entrenamiento para dejar de sentir ese miedo no destruye completamente el recuerdo inicial asociado al miedo, sino que más bien conduce a la formación de un nuevo recuerdo que inhibe las respuestas condicionadas de temor en el ámbito de la amígdala. Como tal, las respuestas de temor pueden ser expresadas nuevamente cuando el estímulo asociado inicialmente al peligro y luego disociado del mismo en el contexto usado para la extinción del miedo, se presente en un contexto diferente al empleado durante dicho entrenamiento para la extinción del miedo.
Por ejemplo, suponga que una rata es entrenada para la extinción del miedo en una caja gris llena de fragancia de rosas, y que posteriormente escucha una vez más el sonido antaño amenazante, pero en esta ocasión dentro de una caja con aspecto y olor diferentes a la de color gris con olor de rosas. La respuesta de la rata será parecida a la de antaño, como si no hubiera sido entrenada para la extinción de ese miedo.
Un detalle importante es que se ha comprobado que las personas con problemas de ansiedad exhiben un "déficit de extinción del miedo" o un error de "borrado" al tratar de "olvidar". Pero hasta hace poco, no se sabía casi nada sobre el mecanismo de la extinción.
Paré ha encontrado que ciertos conjuntos de neuronas de la amígdala, desempeñan un papel clave en la extinción del miedo. En particular, parece ser que esas neuronas inhiben las salidas de la amígdala hacia las estructuras del tronco encefálico que generan las respuestas de temor. Paré y sus colaboradores han demostrado que cuando en las ratas se destruye a las neuronas de esa clase con una toxina especial, se impide la extinción del miedo asociado a recuerdos, provocando ello una conducta virtualmente idéntica a la derivada del estrés postraumático.
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