Jueves, 02 de Octubre de 2008 09:34
Como bien se sabe, la dirección de la mirada es significativa para el procesamiento de la información visual de una cara humana. Un equipo de investigadores ha confirmado mediante electroencefalografía que el sistema visual del cerebro procesa la cara de otra persona más eficazmente cuando la mirada de la persona está dirigida directamente al observador que cuando no lo está.
"Nuestros estudios también demuestran que el contacto ocular entre dos personas, así como el desvío de una de las miradas, son situaciones que afectan a las funciones de los mecanismos neuronales que regulan el comportamiento subyacente en abordar a esa persona o en evitarla. La mirada directa de otra persona nos prepara para un acercamiento, una mirada apartada, nos prepara para que nos alejemos", explica el investigador principal, profesor Jari Hietanen de la Universidad de Tampere, en Finlandia.
Los resultados de la investigación, en la que se midió la función de los lóbulos frontales del cerebro por medio de la electroencefalografía (EEG), indican que durante la observación de una mirada directa y fija, el lóbulo frontal izquierdo de los sujetos de estudio está más activo que el lóbulo frontal derecho. Durante la observación de una mirada desviada, la mayor actividad se registraba en el lóbulo frontal derecho. La asimetría con dominación de la actividad en el lóbulo frontal izquierdo está ligada con la aproximación potencial a la persona observada, mientras que la asimetría con dominación del derecho, se relaciona con el rechazo. Ésta es la primera vez que se demuestra a través de medidas fisiológicas que la dirección de la mirada de otra persona afecta a los sistemas del cerebro que están involucrados en la regulación de las reacciones motivacionales fundamentales humanas.
Los resultados del proyecto han contribuido a esclarecer las reacciones emocionales relacionadas con la percepción de rostros humanos y cómo se desarrollan estas reacciones. La reacción de eludir el contacto ocular en las personas que padecen de autismo es uno de los problemas más típicos en tales reacciones emocionales, y la línea de investigación que sigue Hietanen puede contribuir a descubrir por qué exactamente las personas con comportamiento autista evitan el contacto visual.
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