lunes, 25 de mayo de 2009

Creencias y memoria

Un equipo de investigadores ha descubierto que las personas de la tercera edad que creen que las personas mayores tendrían muy malos resultados en un test para comprobar la memoria, tienen un rendimiento peor que aquellas personas mayores que no hacen caso a los estereotipos sobre el envejecimiento y la pérdida de la memoria.

En este nuevo estudio, el profesor de psicología Tom Hess y un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, demuestran que la habilidad para recordar se ve afectada negativamente cuando se activan estereotipos negativos al respecto en una situación dada. Por ejemplo, los sujetos de la tercera edad tendrán un mal rendimiento en un test de memoria si se les dice que las personas mayores rinden muy poco en ese tipo específico de test. La memoria también se resiente si estas personas creen que son menospreciadas por otros individuos a causa de su edad avanzada.

“Estas situaciones pueden ser parte de la vida diaria de una persona mayor”, explica Hess. “Por ejemplo, preocuparse por lo que otros piensan sobre ellos en el trabajo, tiene un efecto negativo en su eficacia laboral y, refuerza, de este modo, el estereotipo negativo". Sin embargo, añade Hess, “la otra cara de la moneda es que aquellos que no se sienten estigmatizados, o se hallan en situaciones en las que se activan los puntos de vista más positivos sobre el envejecimiento, muestran niveles de memoria significativamente más altos”. Dicho de otra forma, si usted confía en que el envejecimiento no devastará su memoria, tendrá más probabilidades de llevar a cabo correctamente tareas de uso de la misma.

En el estudio también se descubrió un par de factores que afectaban al alcance de la influencia de los estereotipos negativos en las personas mayores. Por ejemplo, los individuos de entre 60 y 70 años de edad sufrían mucho más cuando estos estereotipos negativos se activaban, que lo que sufrían quienes estaban entre los 71 y los 82 años. Sin embargo, las personas de este último grupo, tenían un rendimiento peor cuando se sentían estigmatizadas.

En el estudio, también se desveló que los efectos negativos más fuertes los experimentaban aquellas personas mayores con niveles más altos de educación. “Nuestra interpretación es que se trata de algo que encaja con la idea de que aquellos que más valoran su habilidad para recordar cosas, son los que más probabilidades tienen de poseer una mayor sensibilidad ante las implicaciones negativas de los estereotipos y, por tanto, son también quienes más tienden a experimentar los problemas asociados a dichos estereotipos".

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