lunes, 25 de mayo de 2009

Por experiencia de otros

Mucha gente no acaba de aceptar que una fuente muy útil y fiable de información puede ser la experiencia de otro individuo. Las personas creen a menudo que la mejor manera de predecir cuán felices podrán ser con una experiencia futura es conociendo detalles sobre esa experiencia. Sin embargo, podría resultarles tanto o más útil conocer cuán felices han sido quienes han vivido ya dicha experiencia.

Ésta es la conclusión de un nuevo estudio dirigido por el psicólogo Daniel Gilbert de la Universidad de Harvard, en el cual se ha comprobado que si las personas quieren saber cuánto disfrutarán con una experiencia determinada, les resultará más útil saber cuánto disfrutó otra persona al vivir esa experiencia, que conocer detalles sobre la experiencia en sí misma.

"En lugar de cerrar los ojos e imaginar nuestro futuro, deberíamos examinar la experiencia de quienes han vivido esa situación", resume Gilbert.

Él y sus colegas estudiaron cómo las personas toman decisiones basadas en predicciones de cuánto placer, satisfacción o utilidad esas decisiones les traerán.

Se pidió a las personas analizadas en el estudio que predijeran cuánto disfrutarían un evento futuro sobre el cual no sabían absolutamente nada. De este modo, su ignorancia sobre el evento en sí mismo garantizaba que no pudieran recurrir a imaginarse viviendo la situación específica. A algunos individuos se les dijo cuánto disfrutó del mismo evento alguien del todo desconocido para ellos, y valiéndose de esta información fueron capaces de hacer predicciones excepcionalmente precisas.

En un experimento, por ejemplo, las mujeres predijeron cuánto disfrutarían de una "cita rápida" con un hombre.

Las citas rápidas, una forma cada vez más popular de conocerse para personas sin pareja, constan de sesiones en las que hombres y mujeres tienen numerosas "minicitas" con hasta 30 personas distintas, que suelen durar de tres a cinco minutos. Después de cada cita, el hombre y la mujer seleccionan una casilla en una tarjeta para apuntar si desearían volver a ver a la persona otra vez.

En el experimento, algunas mujeres no sabían nada sobre el hombre, excepto cuánto disfrutó con él otra mujer, a la que ellas no conocían de nada. Otras mujeres leyeron el perfil personal del hombre y vieron su fotografía.

Las mujeres que supieron del resultado de una experiencia previa de una desconocida con ese hombre hicieron mucho mejor el trabajo de predecir su propio disfrute de la cita rápida que aquellas que estudiaron el perfil del hombre y su fotografía.

Un dato interesante de los resultados del estudio es que las mujeres de ambos grupos esperaban equivocadamente que el perfil y la foto del hombre les permitirían hacer un pronóstico mucho más preciso de su experiencia futura con él que el testimonio de una desconocida, y mantuvieron esa creencia incluso después de terminar el experimento.

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