jueves, 13 de agosto de 2009

LA CONCIENCIA NO ES SOLO ALGO QUE OPERA DENTRO DE NUESTRO CEREBR

La mayoría de los científicos diría que toda nuestra capacidad de conciencia está en el cerebro, ya que sin cerebro no hay conciencia. René Descartes, el padre de la filosofía moderna, y los seguidores de muchas religiones, nunca han estado de acuerdo con esto. Para ellos, la conciencia está en la mente o el alma, y no es física en absoluto. El investigador Alva Noë, de la Universidad de California en Berkeley, sostiene que en este debate entre neuronas y alma inmaterial se ha venido omitiendo una tercera opción.


Esta tercera opción, que expone en su libro "Out of Our Heads: Why You Are Not Your Brain, and Other Lessons From the Biology of Consciousness", es que la Conciencia no es inmaterial, pero tampoco es sólo algo ubicado dentro de nuestros cerebros. La conciencia es también una función del intercambio entre nosotros y el mundo con el que interactuamos; un intercambio entre nosotros y otras personas, entre nosotros y las cosas que vemos y oímos, entre nosotros y la tecnología y herramientas que utilizamos.

Noë, miembro del departamento de filosofía de la citada universidad, así como del Instituto para las Ciencias Cognitivas y del Cerebro, sostiene que, a pesar de que la neurociencia resulta indispensable para entender la conciencia, no puede ser lo único a tomar en cuenta. La explicación a nuestra capacidad de pensar, sentir y percibir que dan los científicos (que sólo ocurre dentro de nuestros cráneos) es engañosa.

Noë argumenta en "Out of Our Heads" que hemos acotado demasiado estrechamente el campo de estudio de la conciencia. La neurociencia, a pesar de ser un campo de estudio importante, no toma en cuenta las maneras en que nuestros entornos, culturas e interacciones diarias con los demás ayudan a formar nuestras propias conciencias.

"Necesitamos una ciencia que sea contextual, que analice la forma en que los cerebros están incorporados en los animales, los que a su vez están situados en entornos con antecedentes históricos y culturas", explica Noë. "Se necesita que tenga muchos más matices y que sea de hecho más humanística. Se necesita que sea más como la historia, o la biología evolutiva, y menos como la biología molecular".

UC Berkeley

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